Evana Materán | LA PRENSA.- La leche líquida se sale de la dieta. Ya no es la bebida que acompaña los desayunos o las cenas de los barquisimetanos porque apareció en las tiendas con un precio que “golpea el estómago”.
Una garrafa de leche de dos litros cuesta entre 20 y 23 mil bolívares en las panaderías y tiendas de la ciudad. La mercancía se queda estancada en algunos establecimientos. Son pocos los clientes que compran este producto.
La gente considera que la bebida láctea ya no se puede consumir tan seguido. Algunos consultados por La Prensa comentan que ya ni recuerdan el sabor de la leche líquida.
“La inflación no me permite darme esos gustos”, expresó Pastor Colmenárez al recordar que desde hace tiempo no ingiere leche por los aumentos en el precio.
Añadió que él prefiere invertir el dinero de la leche en un kilo de azúcar u otro producto que sea más esencial en el hogar. Su opinión es compartida por más guaros quienes aseguran que es mejor comprar arroz, pasta, harina o huevos que un litro de leche.
A la mesa han llegado otros sustitutos de esta bebida. La avena y el fororo sin leche son otras de las opciones que más consumen los consultados.
La distribución de leche líquida al mayor también presenta fallas. Hay poca producción y por eso se ha reducido la cantidad de entregas en las panaderías y establecimientos comerciales.
Las ventas han bajado en un 50%, según lo comentan los distribuidores. Reconocen que desde hace meses han tenido que reinventarse para mantenerse en el negocio con la venta de jugos, ya que tienen salida en un 90%.