Osman Rojas| LA PRENSA.- Conectarse a una máquina de diálisis en el Seguro Pastor Oropeza depende de los contactos que el enfermo tenga dentro de la institución. El hospital vendido como un centro modelo por parte del Gobierno nacional también siente los embates de la crisis hospitalaria. Falta de nefrólogos y poca operatividad de las máquinas especializadas son las razones esgrimidas por las autoridades del Seguro para no aceptar nuevos pacientes renales.
“No has terminado de sentarte en la máquina cuando la enfermera te está diciendo que debes buscar un área de diálisis extrahospitalaria porque en el Seguro no te puedes quedar”, cuenta Carmen Padilla, paciente renal en el estado.
La mujer explica que ella empezó su ciclo de diálisis en el Seguro, pero se fue porque cada vez había un pero distinto para poder llevarla a la máquina. “Hay que tener palanca porque si no es muy difícil ser atendido allí”, dijo.
Daniel Colmenárez, presidente de la fundación Amigos del Paciente Renal, también denunció las irregularidades que hay en el área de Diálisis del Seguro y dijo que todo el estado está “paralizado” por la inoperatividad de las máquinas.
“Para que los enfermos puedan dializarse deben llevar hasta el catéter. Insumos esenciales como la fístula (conexión anormal entre dos partes del cuerpo) no llegan a los seguros desde hace unos seis meses”, denunció.
Colmenárez también dijo que las pocas máquinas que hay para dializar ha recortado el tiempo de tratamiento en los pacientes. Especialistas consideran que los renales deben estar conectados a una máquina por cuatro horas, pero la contingencia hace que en los centros especializados sólo apliquen dos.
“Nosotros estamos aquí pidiendo ayuda humanitaria porque vemos con tristeza cómo cinco enfermos mueren mensualmente por estar esperando que el Ministerio de Salud resuelva. Cada vez que los demás países nos han necesitado nosotros hemos ayudado y ahora somos nosotros los que necesitamos ayuda”, concluyó.