Kemberling Rodríguez | LA PRENSA DE LARA.- Keiver Suárez, conductor de transporte público por puesto, sale a las 6:00 de la mañ;ana de su casa para prestar el servicio de «rapidito» desde el Hospital Dr. Pastor Oropeza, en el oeste de Barquisimeto, hasta la comunidad Las Tinajitas. A diario dedica 10 horas al trabajo; gana unos 50 dólares semanales.
La historia de Keiver, padre de familia, es la de miles de larenses y es que cubrir los gastos del hogar, pagar los servicios públicos y, en lo posible, tener algo de recreación es una misión difícil de cumplir para las familias venezolanas debido a la crisis económica del país.
La Prensa consultó a los ciudadanos sobre las actividades económicas que desarrollan de manera informal para sortear la inflación (de 305%, según el Observatorio Venezolano de Finanzas en diciembre de 2022) y así costear las necesidades básicas propias y del entorno familiar.
Alí Antonio Leal es un vendedor de palmeritas (pan de hojaldre azucarado) en el centro de Barquisimeto; tiene 11 añ;os dedicado a la economía informal como una solución a las pocas oportunidades de empleo en la industria formal y, al mismo tiempo, resulta un escape para evadir los sueldos que resultan insuficientes en estos tiempos.
De hecho, la mayoría de encuestados coincidió en esto: no tienen capacidad de ahorro. Las ventas diarias, comentó Angelis Torres, es sólo para comprar alimentos; ella se dedica a la venta de tostones en un puesto ubicado en la avenida 20 con la calle 27 de Barquisimeto y, para el sustento de su hijo dispone de unos 40 dólares semanales.
Llevar a cabo labores de forma independiente se nota también en las personas de la tercera edad; Antonio Angulo forma parte de la agrupación Renacer de Río Claro, intérpretes de la música popular y que realizan presentaciones en plena vía del Bulevar de la avenida 20 obteniendo propinas de los transeúntes.
