Víctor Rodríguez | LA PRENSA de Lara.- Mientras cientos de familias en& ;Barquisimeto y Cabudare tiene que cargar tobos de agua o pipas a largas distancias para llenar el tanque en sus casas, o pagarle a cisternas a precios exorbitantes, el vital líquido se desperdicia a diario en las calles de la& ;Zona Industrial II y en la& ;vía a Duaca.
En la carrera siete de la& ;& ;Zona Industrial II, cerca& ;& ;de Café Venezuela, hay un bote de agua que las vecinos del sector usan «como una piscina«, sin fijarse que aunque es agua blanca, pudiesen& ;enfermarse por lo contaminado de la calle.
A metros de ese lugar,& ;detrás de otra empresa, el& ;mismo bote de agua pasa& ;por una quebrada y cae a& ;un hueco que ya ha formado un pozo y allí los& ;chamos se lanzan de unos seis metros de altura y se bañan como si estuviesen en la selva.
«Es una lástima que el& ;agua se esté desperdiciando de esa manera cuando en muchas casas están necesitando para hacer comida o asearse. Le hacemos un llamado a las autoridades, por ejemplo en Pueblo Nuevo solamente se acuerdan de nosotros cuando hay elecciones», expresó Jorge Alvarado.
Otro gran bote de agua& ;está debajo de la pasarela& ;de «El Mamón» en la Zona Industrial II, pasando& ;la autopista Circunvalación Norte, donde un tubo matriz tiene más de& ;tres años perforado, según informan testigos que pasan por allí a diario& ;a buscar leña para cocinar.
En la avenida Intercomunal Barquisimeto?Duaca a la altura del kilómetro 2, el agua blanca brota de la calle y se deja caer cuadras abajo. Hasta accidentes se han visto, ya que la gente va caminado y se resbala porque el pavimento está baboso. Al parecer el bote tiene al rededor de siete años pero en el último tiempo se ha agravado.& ;
«Es peligroso, hay que tener cuidado al caminar,& ;yo me caí bajando por aquí. El agua llega con regularidad y cuando vemos que comienza a brotar, nos apuramos a llenar& ;los tanques porque no se sabe cuándo se irá», expresó Yohana Vázquez, quien vive con el temor de volverse a caer ya que el bote de agua pasa por frente de su casa.
Muchas familias de la zona oeste, norte y Cabudare, viven las de Caín todos los días en busca del& ;vital líquido ya sea porque no les llega o porque no hay suficiente presión& ;en sus casas. Han denunciado que cisterneros se& ;aprovechan de la necesidad y cobran hasta 150& ;mil bolívares por unos pocos litros.& ;
«En la zona norte el agua llega en ciertas partes con regularidad y en otras no tanto. Para Duaca, cobran 150 mil bolívares por llenar un tanque de mil litros y son pocos los que llegan hasta allí. Da tristeza que el agua se desperdicie de esa manera», manifestó Deivis Peraza.
En el Barrio El Carmen el agua está llegando& ;muy pocos días y no en toda la zona. Muchos vecinos han tenido que hacer largas colas, donde llega el agua, para llenar tobos y trasladarlos en carretillas, en otras ocasiones caminan hasta Los Crepúsculos. En medio de una pandemia, uno de los requisitos para evitar el contagio del COVID?19 es la limpieza, un objetivo que a estas familias les cuesta alcanzar, sin ver una sola gota caer de sus llaves ni& ;& ;para lavarse las manos.
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