Un ambiente de zozobra que suele alterar las tareas cotidianas son las sensaciones experimentadas por los larenses ante las deficiencias en los servicios públicos, según organizaciones que realizan el monitoreo de las fallas que interfieren en su calidad de vida. Esto obedece a que el estado se encuentra entre los cinco con mayor afectación en el suministro de electricidad y agua, así como la paralización en avances en el sector salud, fallas en edificaciones, falta de personal y de insumos médicos, como lo refleja el reciente informe del Observatorio del Gasto Público de Cedice Libertad.
Tal registro muestra la data de octubre de 2024, en la que 72% percibe que el servicio eléctrico es vulnerable y sin capacidad para responder la demanda nacional que podría necesitar un estimado de 21 mil millones de dólares en trabajos a un lapso de cinco años. Mérida, Zulia, Falcón, Barinas y Lara encabezan la lista con familias que modifican sus rutinas y enfrentan el riesgo de pérdida de electrodomésticos, porque hay sectores que padecen cinco apagones o fluctuaciones al día.
Mientras que en el servicio de agua persiste la ausencia de regularidad y hasta 85% de agua sucia, con más persistencia en Nueva Esparta, Anzoátegui, Falcón, Aragua y Lara. Mientras que en el sector salud arroja 92% de deficiencias en infraestructura hospitalaria y 85% de pacientes en emergencias que han llevado los insumos.
Este entorno es confirmado por Raúl Azparren, titular de «Activos por la luz», porque en el monitoreo diario en alrededor de 70 sectores en los municipios Iribarren y Palavecino persiste el racionamiento o administración de carga del servicio eléctrico sin la previa información de Corpoelec. «Efectivamente, se trastorna la vida normal y la población queda en zozobra», indica reconociendo que luego de las elecciones presidenciales de julio hubo un receso en agosto. Pero en septiembre les reportaron 182 cortes que representan 35% de incremento en comparación con agosto y 234 fluctuaciones, representando 154% más que en el mes anterior.
Para octubre percibieron un ascenso con 315 cortes reflejando que aumentó 73% con relación a septiembre, del mismo modo se reflejó con 325 fluctuaciones, traducidas en 39% de incremento. Total 608 horas de racionamientos, sin previo anuncio para tomar medidas y organizar la realización del trabajo o tareas diarias.
Decadencia en servicios se relacionan
Tales deficiencias en materia de electricidad también influyen en la garantía del suministro de agua, tal como lo reitera Alcides Pérez, coordinador del movimiento «Unidos por el agua», porque se expone la operatividad de los equipos electromecánicos, bombas y otros aparatos en las estaciones de rebombeo. Reconoce que Hidrolara ha realizado esfuerzos por empezar a resolver el colapso de aguas servidas que suelen necesitar de alta inversión.
Cita algunos sectores perjudicados como referencias a la urbanización Eligio Macías Mujica, cuyas familias padecen por las fallas en el rebombeo. Un problema que puede restringir hasta por 24 horas el servicio de agua y que también lo sufren en las comunidades San Benito, El Jebe, Las Clavellinas, La Tomatera y otros del macrosector de El Ujano.
La parroquia Ana Soto hacia el oeste de Barquisimeto, también presenta varios sectores en los que los habitantes no aguantan las intermitencias del suministro del servicio, tales como San Francisco, Santa Isabel, Los Horcones y Pueblo Nuevo. La irregularidad es generalizada porque no existe distinción de estatus social y así se refleja en urbanizaciones del este, en la parroquia Santa Rosa, como Fundalara, Santa Elena y Los Libertadores.
El norte no escapa a esta realidad en las parroquias El Cují y Tamaca que apenas reciben servicio de agua una vez a la semana.
A más distancia, mayor dificultad para los habitantes de zonas remotas reunir el dinero para comprar agua a un camión cisterna, incluso el llenado de pipas o tanques medianos. Circunstancias que también suelen afectar a las comunidades en Pavia y Bobare.
Desde el Movimiento por los Servicios Públicos de la parroquia Concepción (Moseco), Rafael Gil precisa que desde la avenida Pedro León Torres con calle 60 se surten 14 comunidades que conforman unas 10.500 familias y suelen tener el suministro los días lunes y miércoles, en horas diferentes.
Lamentan que existen varios sectores críticos, como Ezequiel Zamora, Negro Primero, Barrio Nuevo y Bella Vista. Sin embargo, suelen ser los más afectados lo residentes en Brisas del Aeropuerto entre calles 56 y 57 con alrededor de 15 años sin una gota de agua, así como Santo Domingo, desde el sector 2 hasta Colinas de Navarro.
En cuanto a la electricidad, también reportan las familias entre las calles 48 a la 59 de Brisas del Aeropuerto que el racionamiento es diario y en un lapso de 3 a 4 horas, afectando directamente a un estimado de 2.800 familias. Tal situación repercute en los vecinos, que aún cuando tengan electricidad se registran las fallas de conexión por la debilidad de la internet.
Y gracias a la organización vecinal, se complacen en que lograron superar el 50% de la recolección de desechos y desde noviembre los camiones cubren la ruta los días martes, jueves y domingo. «Demostramos que sí se puede con perseverancia y haciendo seguimiento para acompañar a los vecinos con una campaña de concienciación», refiere Gil, explicando que insisten con cumplir los horarios para sacar la basura y no dejarla expuesta para contaminar las calles.
Sólo exigen los correctivos indispensables y así la población pueda disfrutar de calidad de vida.