William Croes | LA PRENSA.- Los ladrones de ganado les tienen el ojo puesto a las hembras. Las prefieren así porque son mansitas y se les puede sacar mayor provecho por la producción de leche y carne. El abigeato, o robo de ganado, representa un duro atentado al rebaño venezolano que va en picada por la inseguridad y la falta de alimento.
Cifras de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela indican que se roban un aproximado de 13 mil reses por mes en todo el territorio nacional. En Lara, se da mucho el abigeato en las zonas productoras de los municipios Torres y Urdaneta.
“El abigeato a nivel nacional ha dejado una pérdida que supera los 8 millones 400 mil kilos de carne despostada. Es una cantidad que afecta el consumo de más de 2
millones de personas”, detalla Luis Bernardo Meléndez, presidente de Sorgo.
Las hembras son los rebaños más vulnerables. Son más quietas, más manipulables a la hora de un robo y es por ello que ha incidido de manera directa la producción lechera, pues la pérdida ronda los 119 mil litros.
El representante de la Federación Nacional de Ganaderos resalta que el 77 % de los venezolanos reconocen el correcto abastecimiento de carne, y por el contrario, sólo el 21% reconoce el abastecimiento de leche, pese a que el 86 % del rebaño venezolano se encuentre apto para la producción de ambos rubros.
“Emplazamos al presidente Nicolás Maduro a que gire instrucciones precisas a la Guardia Nacional Bolivariana de proteger a los productores si quiere garantizar la soberanía alimentaria que habla en sus discursos”, expresa Meléndez, en representación de los productores.