Tatiana Suárez | LA PRENSA.- La mañana de este jueves 27 de abril la Gobernación del estado Lara envió una comisión de limpieza a la urbanización Sucre, en la avenida Libertador, para recoger los escombros del enfrentamiento que se vivió la noche anterior. Sin embargo, los residuos de los gases lacrimógenos lanzados por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) aún se sentían en el lugar y causaban efectos en los presentes.
Los pisos y escaleras quedaron llenos de sangre, las carteleras informativas fueron destrozadas, los ascensores dañados, algunas puertas estaban derribadas y a las ventanas les quebraron los vidrios.
Montones de cartuchos de los perdigones que fueron disparados hacia los edificios quedaron regados por el lugar. Algunos apartamentos fueron requisados por los funcionarios.
El miedo sigue latente en los vecinos, quienes se abrazaban y lloraban mientras contaban lo sucedido. La represión que duró aproximadamente cinco horas dejó a cuatro personas heridas y a 31 detenidos.
*Con información de Cristina Linarez
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