Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- La intensidad del bosque que rodea el Parque de la Exótica Flora Tropical, ubicado en San Felipe, estado Yaracuy, saca suspiros a sus visitantes que acuden para admirar la naturaleza y dejarse maravillar por el misticismo del lugar.& ;& ;
La gama de tonos rojos, naranjas, amarillos o fucsias de sus flores cautivan a cualquiera, pero no le roban el protagonismo a la imponente Misión Nuestra Señora del Carmen. Una estructura única en Venezuela que recrea un monasterio de frailes capuchinos de los primeros años de la colonia, erigido sobre el hallazgo de ruinas que datan del año 1720.& ;
Sus ojos se llenan de brillo al contar cómo reconstruyó la historia de la Misión Nuestra Señora del Carmen, uno de sus trabajos más importantes como especialista en restauración y estudiosa de la arquitectura colonial en Venezuela con más de 30 años de experiencia. Fue en 1990, cuando el empresario Esteban Von Fedak la contactó para el proyecto.& ;
& ;La idea inicial era construir en Yaracuy un parque botánico de flora exótica, tal como lo había visto durante un viaje que hizo a la isla francesa Martinica, en las Antillas del Caribe. Él había quedado maravillado con el Jardín Balata, propiedad del paisajista francés, Jean Phillipe Thoze, y le había propuesto viajar a Venezuela y hacer una réplica con las bondades de esta tierra abundante y fértil.& ;& ;
Al determinarse que lo que allí había era una misión de monjes capuchinos, comenzó el trabajo de la arquitecta. Su tarea era recrear ese monasterio a la par que Jean Phillipe trabajaba en un parque de flores, con una habilidad creativa que sorprendía a todo su equipo.& ;
Manos a la obra, Claudia estudió la tipología de las misiones en toda Hispanoamérica, profundizó en las de la orden Capuchina y fue acuciosa en las investigaciones sobre misiones que fueron construidas en el Centro Occidente de Venezuela 270 años antes. Determinó que la estructura tenía que ser sencilla porque la arquitectura colonial venezolana se caracterizó por ser modesta y discreta.& ;& ;
El Diccionario de Historia de Venezuela de Fundación Empresas Polar, señala que al país no llegaron las construcciones al estilo gótico de España. Venezuela en los años de conquista no pudo ofrecer a los europeos la inmensa riqueza que guardaba su naturaleza. «Unas provincias aparentemente poco ricas no podían permitirse el lujo de construir edificios de alto costo a imitación de los grandes virreinatos. La sociedad colonial no ofrecía tampoco un cuadro tan brillante y próspero como el de México y Perú», reseña la enciclopedia.& ;
Amor a la naturaleza
La Misión Nuestra Señora del Carmen tardó 10 años en construirse. Entre las cosas que aún conserva la arquitecta, Claudia Rodríguez, está una ruma de planos que elaboró con las modificaciones que tuvo que hacer a medida que se iba ampliando el proyecto.& ;& ;
«La visión que teníamos era construir un claustro con un patio alrededor del cual se daban todas las actividades. Tenía que tener pasillos amplios que separaran al patio de los dormitorios que ocupaban los frailes, un comedor y una cocina. Pero lo más importante era la capilla o el oratorio que debía tener una puerta que conectaba con el interior y otra puerta que diera al exterior, para que los indígenas a los que adoctrinaban y que vivían en rancheríos pudieran escuchar la misa», explicó.& ;
«Si algo caracteriza a la arquitectura colonial de Venezuela es que se adaptaba a la topografía y al lugar. Por eso, la forma de la Misión Nuestra Señora del Carmen no es regular, sino que tiene ángulos extraños, ángulos agudos porque se giró en función de los árboles y del drenaje natural del agua», mencionó.
Por los corredores de la misión se entrecruzan árboles que buscan la luz del sol. Rodríguez y el señor Von Fedak quisieron respetar su espacio, su edad y tamaño, por ser amantes de la naturaleza. Fueron muy pocos los árboles que se trasplantaron o talaron. Por eso, cuando los turistas recorren el lugar sienten que están en un bosque, aunque caminen sobre terracota y el sitio esté ambientado con mobiliario y antigüedades del período hispánico.& ;& ;
«Ellos estaban ahí y cuando veían que yo me acercaba a inspeccionar la obra ¡me odiaban!, me tiraban hasta excremento porque sentían que les estábamos invadiendo su espacio», expresa entre risas, como parte de las vivencias de aquella época. Lamenta que la frondosa ceiba se haya secado con lo implacable del transcurrir de los años y ya no sea el centro de atención del patio principal.& ;
El mantenimiento para la conservación de la misión es extremo porque los materiales utilizados son rudimentarios. El lugar es muy caluroso, tanto que la humedad a veces marca 100%, lo que representa un vapor condensado permanentemente. Para cuidar la estructura del comején, las áreas y habitaciones se mantienen ventiladas, con deshumidificadores y aire acondicionado. Esa condición hace que la arquitecta, Claudia Rodríguez, siga tan conectada con la obra para que se resguarde y con cariño afirma que la cuida como si de un hijo se tratara.& ;
«La Misión Nuestra Señora del Carmen es la única obra de la cual no me he podido desvincular. Periódicamente la visito, reviso y si hay que hacer algún cambio me llaman a mí. Me disfruté tanto ese proyecto y le tomé tanto respeto al señor Esteban Von Fedak y a su familia, que la misión se convirtió en parte de mi vida y esencia como arquitecta», comenta orgullosa esta caraqueña que tiene 35 años viviendo en Barquisimeto, con una expresión de alegría en el rostro que contagia al entrevistarla.& ;
Primera inauguración
La primera inauguración que se hizo de la misión fue en 1996, cuando se presentó al público la capilla de Nuestra Señora del Carmen. Esta iglesia tiene tres puertas, dos laterales que evocan las entradas por donde pasaban las clases bajas de la colonia, y una gran puerta central por donde ingresaban las familias adineradas.& ;
El altar mayor es de color azul intenso y está bañado en oro. Según los guías turísticos es traído de Baviera, una ciudad de Alemania. En el centro resalta un cuadro de la Virgen del Carmen sin el niño Jesús en brazos. Aseguran que es uno de los primeros lienzos que se crearon en el mundo cuando la religión católica comenzó a adoctrinar con imágenes religiosas. Destacan dos escalones construidos con el piso original encontrado con las primeras excavaciones del terreno. La imagen de la Virgen María fue fundamental para la educación y evangelización de América. Particularmente, los ojos piadosos de la Virgen del Carmen y sus manos sosteniendo un escapulario simboliza ese poder divino concedido por Dios para salvar a las almas del purgatorio.
A la derecha del altar hay un cuadro de la Virgen del Carmen, pero de una época más moderna, cargando al niño Jesús y en el extremo izquierdo está un cuadro de San Francisco de Asís, patrono de los animales.& ;& ;
A un lado también se ve la imagen de San José, y a un costado de la entrada de la iglesia un tríptico en madera que representa el nacimiento, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Rodean el lugar cuadros con las estaciones del viacrucis.
En uno de los laterales también hay una pila bautismal. Allí se realizan misas todos los días a las 11:30 am, se hacen bautizos y matrimonios. La música gregoriana que permanentemente está de fondo, el sonido de la brisa de los árboles y hasta la estampa de pavorreales que modelan a cada rato por las áreas externas de la iglesia permiten recargarse de espiritualidad y amor por lo natural.