Osman Rojas | LA PRENSA.-Papeles que van y vienen, inventarios que son más una lista que otra cosa y llamadas que sólo acrecientan la preocupación, es el panorama que día a día se vive en el Hogar de Niños Impedidos Don Orione (Honim) y es que, la falta de comida y medicamentos que hay en Venezuela, golpea con severidad a la institución benéfica.
“Aquí falta de todo un poco”, es la respuesta que da Eleazar Cordero, administrador del Honim, cuando se le pregunta por la situación por la que atraviesa la casa albergue. “Se nos acaban los medicamentos y eso nos preocupa”, continúa el hombre.
Cordero explica que, por primera vez en 35 años, la institución no tiene llena la alacena de medicamentos y confiesa que los niños hospitalizados no tienen, desde hace poco más de un mes, fenobarbital para atacar las convulsiones.
Nosotros recibimos la visita de Linda Amaro, viceministra de Salud, y ella fue muy clara. Nos dijeron que en Venezuela no hay fenobarbital, pero cómo se lo explicamos a niños con condición especial”, dijo indignado.
La comida es otro de los problemas con los que debe lidiar la institución. Aunque los niños nunca se han acostado sin comer, la calidad en los platos ha disminuido significativamente.
Aquí hay 67 niños internados y cada uno come tres veces y merienda tres veces. La caridad de las personas nos mantiene a flote, pero no es fácil. Ya los niños no meriendan ensaladas de frutas o alimentos lácteos. Ahora se toman su vaso de jugo y se acuestan. El azúcar es únicamente para los que la necesitan”, dijo.
El Cotolengo, la otra casa referencia en cuidados de personas con alguna condición especial, también presenta problemas con la distribución de medicamentos.
Al igual que el Honim en la casa ubicada en la vía Río Claro hay problemas con la distribución de anticonvulsivos. “Fenobarbital no hay y tegretol tampoco tenemos”, dijo una fuente ligada a la institución.