Con charlas, expertos tratan de concienciar sobre la preservación de las nacientes de agua del estado Lara
Andrea Barrios | LA PRENSA DE LARA.- El caudal de las nacientes de agua del río Turbio y el río Yacambú, responsables de surtir de agua a Barquisimeto, ha disminuido de un 30 a 40% su volumen, pues la coincidencia del fenómeno El Niño con el período de sequía, agravado por la deforestación indiscriminada a manos de los ocupantes ilegales en las reservas naturales más importantes del estado Lara, está atentando contra las nacientes de agua y las cuencas hidrográficas «que son indispensables para la sobrevivencia humana», así lo informó el ingeniero Jorge Rodríguez, durante la ponencia «Parques Nacionales, donde nace el agua», en un foro de Inparques en la Biblioteca Pío Tamayo de Barquisimeto.
Rodríguez explica que cada área de protección ambiental está allí porque tiene como fin la protección de las nacientes de agua que alimentan la ciudad, en el caso del estado Lara el Parque Nacional Dinira abriga la naciente del río Tocuyo, el Yacambú, la cuenca del río Turbio y otros como el Monumento Loma de León que contiene la cuenca media.
Sin embargo, el crecimiento de la población y la migración local hacia las zonas montañosas del estado Lara está generando una presión demográfica hacia las reservas naturales, pues «hay una población que se dedica a la siembra y que en busca de mejorar su economía amplían cada vez más sus fronteras agrícolas (hacia dentro de las poligonales del parque)», indicó el especialista, quien detalló que para adecuar el terreno los agricultores, que se dedican a la producción de café y hortalizas, optan por la deforestación del área llevándose a su paso toda la vegetación alta «que es el colchón principal para que esos acuíferos no se reduzcan, no se evaporen» por la incidencia del calentamiento global.
«Barquisimeto no tiene agua, el agua de la ciudad viene en un 70% del río Tocuyo y el 30% del acuífero del Bosque Macuto que se alimenta, en parte, del río Turbio», aclara el consultor ambiental, Hildebrando Arangú, de allí la importancia de preservar estos ámbitos.
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