viernes, 22 noviembre 2024
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Ingresos propios y alianzas serían salvación para universidades

María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- En el 2021 las universidades públicas autónomas no han recibido ni un bolívar de presupuesto por parte del Ministerio para la Educación Universitaria para el concepto de gastos de funcionamiento, providencias y mantenimiento, por lo que autoridades buscan alternativas para generar ingresos propios, cuyo dinero es obtenido a través de postgrados, maestrías y especializaciones que ofrecen las casas de estudio o cualquier otro trámite que un estudiante requiera, pero la cantidad de recursos que ingresa es poca y solamente pueden cubrir gastos mínimos.

Al entrar a la UCLA, UPEL y Unexpo se puede evidenciar como la falta de presupuesto las golpea fuertemente hasta el punto que hoy en día tienen una infraestructura física deteriorada, caminos llenos de monte y providencias estudiantiles suspendidas. A pesar que sus autoridades envían la maqueta con los requerimientos solicitados, el Ministerio para la Educación afirma, supuestamente, no contar con presupuesto para las casas de estudios.

Aunque el recorte presupuestario es un problema que enfrentan desde el año 2009, en el 2021 llegó a niveles extremos de no recibir nada, pues en años anteriores recibían partidas para cubrir algunos gastos operativos. Ahora no cuentan con presupuesto ni siquiera para cancelar el sueldo del personal, mucho menos para tener activo beneficios estudiantiles. Lo que se traduce que toda esa población debe redoblar esfuerzos y crear estrategias para tener ingresos propios, recibir donaciones y establecer convenios con empresas privadas para mantenerse.

En retrospectiva

Desde mediados del 2009 empezó la pesadilla presupuestaria para las universidades. Raúl López Sayago, rector de la UPEL, dijo que desde ese momento el Gobierno Nacional empezó a disminuir el presupuesto para la seguridad social de los trabajadores. Pasaron los años y en el 2018 empieza a tomar fuerza el recorte presupuestario, cuando centralizan las providencias estudiantiles como el comedor.

«Eso significa que las universidades no tienen cómo atender el servicio del comedor» dijo López Sayago, quien detalló que antes recibían el dinero y lo administraban. Pero, según explicó, al centralizar esa partida, se volvió complicado atender de forma óptima cada universidad y sus núcleos y al mismo tiempo garantizar que nada faltara, lo que hizo que poco a poco desapareciera el beneficio.

En el 2019 la situación era cada vez más apretada, el poco presupuesto que llegaba a las universidades era solo un porcentaje del monto total, el cual era destinado a cubrir algunos gastos de funcionamiento y vigilancia, y la gran parte era para el pago de nómina. Ese año es considerado como uno de los más caóticos para el sector universitario. Sin embargo, el 2020 lo superó, pues sólo llegaron recursos para el pago de nómina. Y cuando no creían que se pondría peor, en el 2021 hasta los recursos para el pago de personal fueron centralizados a través de la página Patria.

«Hay mucha voluntad de la gente que quiere que la universidad siga, hay un voluntariado extraordinario y un personal que sigue a pesar de las adversidades» dijo Sayago.

Rita Elena Añez, rectora de la Unexpo, destacó que esta universidad atraviesa una crisis presupuestaria sin precedentes que los ha obligado a buscar alianzas interinstitucionales con empresas privadas que consiste en intercambiar materiales o insumos por capacitaciones para el personal laboral.

Añez agregó que en lo que va de año no han recibido presupuesto y que dando clases semipresenicales por un acuerdo al que llegaron con los profesores y estudiantes. «Sabemos que a través de lo virtual y teniendo un mínimo de estudiantes en la planta física es menor el gasto» mencionó. Sin embargo, recordó que las plataformas digitales también necesitan mantenimiento, además servicios como la vigilancia y procedimientos administrativos deben estar activos indiferentemente de la modalidad de las actividades académicas.

Servicios

Añez resaltó que hasta la fecha, el Ministerio mantiene una deuda del 2020 con la universidad. Se trata del presupuesto para cancelar las facturas de los servicios de Cantv, Movilnet y energía eléctrica, que a pesar que envían las facturas no reciben los recursos para cancelar.

Las deudas que tiene el Ministerio son millonarias y a nivel nacional. Cecilia García Arocha, rectora de la UCV, dijo que desde el año 2020 le adeudan a la universidad Bs. 62 millardos del presupuesto ley, monto que equivale 21.000 dólares.

Arocha explicó que dentro del presupuesto, solicitaron para los gastos de funcionamiento Bs. 1,7 millardos de y solo les otorgaron 1,38%, por lo que quedó en el limbo el 98,62%, que sigue sumando a la cuenta de las deudas.

Dentro de los gastos de funcionamiento están los servicios básicos de la UCV, que al igual que en la Unexpo aún tienen cuentas por pagar. Arocha explicó que el aseo y la electricidad ya pasaron sus recibos del año 2021, pero que no tienen como cancelarles.

A ese presupuesto se le suma el de la vigilancia, la cantidad de dinero que llega es poca y cada día se evidencia aun más en los constantes robos y hurtos en las universidades.

Migraron

En el mes de marzo de este año, el último golpe que le dieron a la autonomía universitaria fue migrar el pago de sueldos de los profesores y demás trabajadores universitarios al sistema Patria, lo que significó que las únicas partidas presupuestarias que estaban llegando también se las arrebataron de las manos.

Hoy todo el personal que forma parte de las universidades le llega el dinero a sus cuentas bancarias a través de la plataforma patria, pero cuando requieran de un reclamo no saben a donde acudir «porque ya no se maneja por las oficinas de recursos humanos de las universidad y no hay quien nos de respuesta» dijo Blanca Terán, presidenta de la Asociación de Profesores de la UPEL (Aproupel).

Incluso los profesores han manifestado quejas porque los montos que les están llegando cada quincena no son las correspondientes según la tabla salarial.

De su bolsillo

Para el gasto de equipos de bioseguirdad para los trabajadores universitarios y los estudiantes que asisten de manera semipresencial, como en la Unexpo, tampoco hay un presupuesto asignado y ellos mismos deben sacar de su bolsillo para cubrir esos gastos.

Hay casos en los que la universidad hace alianzas interinstitucionales o ellos mismos fabrican el gel antibacterial con el fin de avanzar con sus actividades académicas. Lo mismo hace quienes son administrativos y obreros que asisten.

 

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