José Najul | LA PRENSA.- El conductor desprevenido no piensa en los puentes. Pasa, completamente confiado en la resistencia de la infraestructura, mientras los puntos invisibles se desgastan sin ser percibidos.
Son en total diez puentes. De ellos, cuatro son los más afectados, por encontrarse en el área metropolitana de Barquisimeto o en el municipio Palavecino, que son sectores en los que la afluencia de vehículos es mucho mayor que en jurisdicciones foráneas.
De ellos, tres están ubicados sobre el mismo cauce: el río Turbio. Éstos en particular se deterioran, no sólo por el paso de los vehículos, sino también por el comportamiento del agua.
Daniel Antequera (MUD), diputado a la Asamblea Nacional e ingeniero civil, ha denunciado que el saque de granzón y arena lavada del Turbio, por parte de Corpologística —empresa ligada al Gobierno nacional— ha modificado el cauce, incrementando la velocidad del agua.
Esto afecta de manera directa al puente Las Damas, punto neurálgico dentro de la dinámica vial barquisimetana, ya que conecta a los municipios Iribarren y Palavecino a través de la Avenida Ribereña.
En la base de la infraestructrura se aprecia un enorme hueco, que crece rápidamente por el comportamiento de un agua acelerada. El boquete, envuelto entre la maleza, fue señalado públicamente por el parlamentario el 9 de septiembre del año pasado, y hasta los momentos las autoridades del Gobierno nacional no han dado ninguna respuesta sobre el asunto. Sin embargo, el impacto no se circunscribe a Las Damas. El cauce continúa y, al llegar al puente de Santa Rosa, ubicado en las adyacencias de Yacural —y que conecta a Palavecino con Iribarren por otro punto— hace sufrir también a esta infraestructura.
A pesar de que las autoridades regionales y municipales han realizado inversiones cosméticas recientes, no existe una inyección de recursos que esté prevista para esta obra, cuyo deterioro en la base que recibe el impacto del agua cuando hay crecida comienza a ser evidente. Con el tiempo, o con grandes crecidas producto del agua, ambos puntos pueden sufrir mucho.
Otro puente que comienza a dañarse es el de Macuto, cuyos huecos son evidentes. El enrejado está completamente oxidado y, si bien las bases aún están firmes, también se verían sometidas al embate de la velocidad del agua del Turbio en caso de una crecida del río.
También el Puente del Guardagallo, que comunica al estado Lara con Yaracuy ha comenzado a deteriorarse rápidamente en los últimos años. En el 2013 se realizó un intenso debate sobre el estado de este puente en el Consejo Legislativo del Estado Lara (CLEL) debido a que los deslizamientos de las bases lo tenían en picada.
Según el señor Simón Gómez, dirigente vecinal de Piedra Verde, comunidad adyacente a esta infraestructura vial, el Gobierno nacional prometió tres grandes inversiones. “Vimos unos trabajos, que llamaron primera y segunda etapa. Pero nunca vimos la tercera, que era supuestamente cuando la culminarían”, dice.
Los miembros de la comunidad lo consideran un puente riesgoso, y creen que es necesaria una inversión importante. Además, piden que se construya una pasarela, ya que los niños del sector pasan por el puente junto a los carros.