Ana León | La Prensa.- Durante los meses de abril y mayo las protestas han aumentado en las calles casi a diario. Bombas lacrimógenas, cauchos quemados y basura es lo que comúnmente se ve en las manifestaciones.
Muchas fotos y publicaciones en las redes sociales relatan como los gases lacrimógenos afectan a las personas que están participando en las marchas pero las bombas no están diseñadas para ser mortales. La diferencia entre el polvillo que lanza la bomba y el humo del caucho utilizado para trancar la calle, es que el humo negro, producido por el PVC, si puede causar efectos nocivos en la salud. Tanto así que uno de los efectos secundarios de la exposición constante a este material puede llegar a resultar en la muerte de un individuo.
“El organismo funciona en base de la concentración de oxigeno y ese tipo de gases no tiene ningún tipo de concentración de oxigeno”, explicaba en una entrevista telefónica un médico militar que prefirió no revelar su nombre por seguridad.
“Los glóbulos rojos tienen un grupo que son responsables de captar las moléculas de oxigeno y llevarlos a los diferentes tejidos y organismos para que se oxigenen. Esos receptores son tan sensibles que esa partículas de los gases de PVC y los cauchos que entran en el organismo cuando se respira pueden meterse en esos receptores y bloquearlos permanentemente”, explicaba el médico militar.
El problema está que al disminuir la oxigenación en las personas, se empieza a causar una asfixia y eso es lo que puede producir la muerte.
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Si bien las bombas lacrimógenas no son diseñadas para ser mortales, su nivel de toxicidad, dependiendo de la exposición que se tuviera durante el disturbio, puede tener diferentes efectos en las personas, especialmente si el afectado tiene alguna enfermedad oportunista o crónica.
“En personas que tienen dificultad respiratoria, que tienen enfermedad vaso pulmonares, niños pequeños con inmadurez pulmonar, embarazadas etc., si podría ser peligrosa. Pero una bomba lacrimógena no es algo que sea diseñado con fines mortales, es algo que se puede definir como un artefacto de uso disuasorio”, explicaba el médico militar.
Las cantidades y concentraciones del polvillo que está dentro de la bomba no están diseñas para que produzca la muerte de la persona que entra en contacto con ella.
“Hay que recordar que al ser liberado el gas puede generar problemas en las mucosas, es decir, en los ojos, vías respiratorias, vía digestivas y en el cuerpo, pueden generar picor”, explicaba el doctor Jesús Guarecuco, jefe de residentes del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda.
Los efectos secundarios de los gases son lagrimeo, dificultad respiratoria y ardor y picor en piel. Dependiendo de la exposición corporal al gas, el efecto puede ser más o menos severo. Si la persona afectada tuvo un mayor contacto con los gases, esta puede tener un bronco espasmo y esto puede resultar una complicación severa para niños, personas alérgicas y ancianos.
“La exposición prolongada a ese tipo de gases a largo plazo, se ha documentado, que puede llegar a ser cancerígenas”, comentó Guarecuco.