Osman Rojas | LA PRENSA.- En julio del año 2016 el laboratorio del Hospital Central fue desmantelado. Equipos, reactivos y hasta insumos médicos fueron sacados del servicio con la promesa de pronto instalar un área de bioanálisis acorde con la envergadura del centro asistencial. Los días han pasado y hasta en cuatro oportunidades tres políticos distintos (Luis Jonás Reyes, Henri Falcón y Carmen Meléndez) han prometido solventar el problema del servicio pero todavía nada.
“Hace dos años éramos 26 bioanalistas que hacían vida en el Hospital Central y hoy sólo quedamos tres”, dice con tristeza la licenciada Elena Torres, presidenta del Colegio de Bioanalistas en el estado. La especialista comenta que en el Antonio María Pineda no realizan exámenes desde el 2016 y lamenta las circunstancias con las que debe lidiar el centro asistencial.
“Tenemos la estructura, pero nadie va a darnos las herramientas para trabajar. Hace unos meses una comisión de salud nos visitó y nos prometió que la cosa iba a mejorar pero eso quedó en promesas”, dice.
La inoperatividad del servicio es tan alta que hasta las enfermeras han migrado del laboratorio para prestar ayuda en otras áreas hospitalarias.
“Hay días en los que no hacemos nada”, comenta una de las trabajadoras del laboratorio que prefirió no revelar su nombre. El centro de bioanálisis del Hospital Central no es el único que está paralizado y es que, en el banco de sangre J.J Boada, no hay reactivos para certificar a los donantes que visitan la institución. Esperan un gran apoyo de los entes gubernamentales para poder solucionar la dura problemática