Crear hábitos para mantener una higiene de manos apropiada es una tarea pendiente en la sociedad de hoy, y es que al no tener noción de cuán importante es este acto para la preservación de enfermedades, las personas no toman interés sobre este gesto fácil con la capacidad de salvar vidas.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tener un hábito continuo de limpieza de manos es un acto que dignifica al ser, puesto que al estar en continuo contacto con el exterior, las manos se convierten en foco de padecimientos virales y gastrointestinales para la población.
«El lavado de manos salva vidas, es la medida más económica, sencilla y eficaz para reducir el riesgo de infecciones y hace parte de las recomendaciones en la lucha contra la resistencia antimicrobiana (RAM), una de las 10 principales amenazas para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad», expone la organización en el boletín anual Los Cinco Momentos de la OMS.


Para la médico internista, Deyanira Gentile, el ser humano está expuesto a cientos de gérmenes y bacterias, principalmente por las manos, y estás tienen contacto con todo el cuerpo, por lo que es muy necesario establecer hábitos que disminuyan la exposición a infecciones virales a consecuencia de la suciedad que puede haber en los dedos.
«Hay que tomar en cuenta que el ambiente está lleno de microorganismos dañinos, por lo que la asepsia no es absoluta, ya que siempre en las manos queda un remanente, mientras más te laves las manos la posibilidad de contraer enfermedades es menor, porque en tus manos, al tocarte la cara, luego de haberlas usado pasan los gérmenes y así se multiplica la suciedad«, afirmó Gentile.


La especialista refirió que el hábito de la higiene de las manos disminuye significativamente la propagación de virus causantes de la influenza, diarrea, hepatitis A, enfermedades respiratorias, y ciertas infecciones bacterianas.
Según afirmaciones del médico infectólogo, Antonio González, la principal fuente de transmisión de infecciones asociadas a los cuidados de la salud en centros de atención médica tanto público como privado es el inapropiado lavado de manos. «Este gesto tan sencillo puede ayudarnos a prevenir cientos de infecciones; sin embargo, hay un grupo de personas que son vulnerables a cuadros infecciosos, como los diabéticos, los recién nacidos, prematuros y ancianos«.
La higiene es una tendencia decadente
Para el año 2020, luego del decreto mundial de pandemia por covid-19, el hábito de lavado de manos era necesario y esencial para la prevención del virus. En aquel entonces, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomendaba el continuo lavado o uso de antibacterial como método preventivo.


Tras el levantamiento de la pandemia, muchas personas dejaron el hábito, ignorando cuánto bien les hizo en aquellos años cuando el covid-19 se apoderaba del mundo. Especialistas en temas de salud recalcan que uno de los motivos que llevó a relegar el gesto fue el desconocimiento, puesto que en instituciones educativas, el hogar y hasta en los centros de salud no se suministra la suficiente información sobre los beneficios de una adecuada higiene en manos, cuyo valor es el mismo que el del resto del aseo personal.
Es importante entender que la higiene de manos no es una acción que se debe volver compulsiva, sino más bien un hábito que debe incorporarse a la rutina de cada persona de manera adecuada. La clave no es lavarse las manos cada dos segundos, sino hacerlo en los momentos indicados y de la manera correcta.


¿Cómo hacer un lavado de manos correcto?
Especialistas recomiendan hacer un continuo lavado de manos las veces que sea necesario al toser o estornudar, al salir del baño, al comer, al regresar al hogar, al cocinar, al tener contacto con animales y de no poder hacerlo, por lo menos desinfectarse con gel antibacterial a base de alcohol en un 70%.
El lavado de manos con agua y jabón es lo más eficaz y asequible para lograr la reducción de microorganismos patógenos y de esta manera disminuir la aparición de enfermedades transmisibles por vía cutáneo-mucosa.
La Organización Mundial de la Salud recomienda los siguientes pasos para un adecuado lavado de manos: mojarse las manos; aplicar suficiente jabón para cubrir todas las superficies; frotarse las palmas de las manos entre sí, enjuagarse las manos; secarlas con una toalla de uso personal o desechable.