Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Someterse a una cirugía de esterilización en Venezuela es un desafío al que se enfrentan las mujeres de bajo poder adquisitivo, pues su precio en el sector privado alcanza cifras estratosféricas de hasta $4 mil, mientras que hospitales públicos sólo toman esta medida cuando se trata de una emergencia durante el parto.
La anticoncepción radical se ha convertido en una opción muy buscada por las venezolanas, en un país donde una píldora que debe comprarse de forma mensual puede costar hasta 10 dólares. Las pocas, por no decir nulas, jornadas gratuitas impulsan a las mujeres a buscar opciones en el sector privado, pero más de una sale espantada al ver los precios. El Hospital Rotario, un centro de salud que ofrece precios accesibles, cobra por esta cirugía un monto de $470, en clínicas supera los $600 sin honorarios médicos y en privados nacionales va desde $1.200 hasta $4.000.
El desespero se siente en ese 27% de incidencia de la esterilización que registra la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), como una de las opciones definitivas ante lo costoso y complicado de cumplir con los anticonceptivos orales. También especifican que 50% de las mujeres tienen edades comprendidas entre 40 a 49 años de edad.
Las jornadas no son muy frecuentes en uno de los principales centros asistenciales, como lo es el Hospital Central Antonio María Pineda. Según Ruy Medina, exdirector de este recinto, predomina la limitación por falta de equipos, considerando que por lo general se atienden pacientes programadas que vienen de cesáreas consecutivas. Se tendría la intervención quirúrgica, pero en casos exclusivos es necesario contar con laparoscopia y con este aparato sólo realizar unos orificios que permitan la ligadura de las trompas de Falopio. «Es un proceso rápido de menos de 20 minutos, que contempla 3 aberturas en el abdomen y al final cauterizan», precisa de ese promedio de hasta 4 por hora.
Al intentar buscar información actualizada sobre los planes con este tipo de jornadas, no hubo respuestas a las llamadas telefónicas a Javier Cabrera, autoridad regional de Salud; Gilberto Mendoza, directivo del Hospital Central y Julio Piña, desde la maternidad La Carucieña. Se desconocen los programas que apliquen para contribuir a la planificación familiar y con especial atención en las esterilizaciones.
Entre los centros con servicio semiprivado y de precios más accesibles de Barquisimeto, Rubén Luna, directivo del Hospital Rotario, refiere que se ha tenido una baja referencia en el último trimestre de 11 pacientes y con cesáreas programadas. Por laparoscopia puede superar los $390 y la quirúrgica se especifica la cesárea en $440 y el adicional de $30 por la esterilización, siendo un total de $470.
Pero al tener una visión a nivel nacional, el ginecobstetra, Carlos Cabrera, precisa que los precios en algunas clínicas de Caracas ascienden desde $700 y con la posibilidad que con los honorarios médicos puede alcanzar $1200, mientras que en los centros privados de mayor renombre puede alcanzar hasta $4000. Pero también recuerda esas opciones que pueden ser un poco más flexibles, como la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), con precios que pueden ir desde $300.
Cuando cita las razones más comunes que conducen a tomar esa decisión definitiva de la esterilización femenina, comienza por recordar la realidad socioeconómica que en los últimos años se manifiesta en una tendencia por familias con un máximo de 2 hijos. «Tienen claro que no se pueden tener más de 5 hijos», señala de padres prevenidos para asegurar manutención, educación, salud y recreación.
También influye en el incremento de cesáreas, algunas por decisión y otras por riesgos en embarazos, siendo estrechas o cualquier otro impedimento al parto natural. Por lo general, a la segunda intervención suele considerarse para evitar riesgos de otra posible gestación y con implicaciones en madre o hijo. El especialista puede recomendarla para evitar una tercera cesárea.
En ese tercer renglón se tienen las dificultades para asegurar los anticonceptivos orales, que por largo tiempo costaba conseguirlos y luego aparece variedad a alto costo. Es una alternativa que no deja efectos negativos, pero puede ser inaccesible en quienes no cuenten con poder adquisitivo, porque no está incluida en agentes de seguros médicos.
Lo más viable
La falta de acceso a este mecanismo de bloqueo a la maternidad es una de las medidas que permitirán evitar los riesgos en aquellas pacientes de embarazos de alto riesgo y hasta a aquellas, que a falta de planificar su reproducción no llegan a esas familias numerosas.
Se trata de una alternativa, que siendo radical no implica mayores efectos secundarios y puede llegar a limitarse a un síndrome posligadura, sin exagerar en las leves alteraciones en mujeres con especie de calorones y que descarta un anticipo de la menopausia.
La edad es otra de las variantes más discutidas, cuando en centros asistenciales públicos se tienen pacientes jóvenes, quienes aún estando en plena edad reproductiva tienen el riesgo de repetir ese período de gestación y superar esas escalas de familias numerosas, al conocer de casos de mujeres con el sexto hijo y teniendo la capacidad para parir le descartan practicar una cesárea que incluiría la ligadura de trompas. Es el dilema entre edad reproductiva y el peso de las amenazas, considerando esa posibilidad de sumar en la data de mortalidad materna.
También reiteran las limitaciones con hospitales sin el debido equipamiento, con aparatos que permitan este tipo de intervenciones más frecuentes y hasta desde lo más práctico, como la garantía de contar con laparoscopia. Así las convocatorias para jornadas de esterilización serían frecuentes, sin condicionarse a aquellas relacionada al trabajo de parto.
A esa conciencia responsable que deberían tener las mujeres de evitar familias tan grandes, se suma la exigencia a la accesibilidad desde el sistema de salud público, a sabiendas de lo complicado de la capacidad de ahorro que ni siquiera alcanza para cubrir el presupuesto para las opciones de una fundación de planificación familiar o aquellos semiprivados que buscan paliar esa necesidad desde la salud.
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