Isabella Delgado | LA PRENSA.- Si no llevan jabón y haragán de sus casas, no pueden limpiar. Esa es la realidad que viven directivos y obreros en escuelas del estado a las que no llegó dotación de productos e implementos de limpieza de cara al año escolar 2016-2017, que inicia el próximo lunes.
Para Manuel Galíndez, presidente de Fenatev Lara, las autoridades no tomaron los correctivos necesarios para la rehabilitación y limpieza de infraestructuras en la época vacacional.
No se vieron operativos de desmalezamiento. No se hizo nada. Continuamos en el desastre en las escuelas”, aseguró.
Los obreros que se incorporaron esta semana a sus labores trabajan con las uñas para levantar los tres meses de suciedad acumulada que tienen escuelas. En el caso de la escuela José Gregorio Hernández, ubicada en la calle 30 con calle 27, trabajadores tuvieron que hacer una colecta para adquirir cepillos, desinfectantes y cloro.
Yaneth Suárez, directora de la institución, señala que la última dotación recibida fue en enero del 2016, única del año escolar pasado. La entrega constó de 12 galones de productos de limpieza. “Por el hecho de que no nos manden, no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Hay que resolver. Hay que comprar cloro porque las baterías de baños tienen que estar impecables porque son las niñas las que se sientan ahí”, comentó, mientras un obrero cortaba monte con una desmalezadora adquirida también a través de autogestión.
Marixa Peroza, obrera en la escuela Ciudad de Maturín, tuvo que agarrar jabón y bolsas negras de su casa para tener con qué comenzar a limpiar las aulas de los chamos. “No hay ni coleto ni tobos. Uno tiene que traer sus cosas porque eso es muy maluco limpiar sólo con agua”, dijo mientras barría uno de los salones.
Mirna Medina, miembro de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez (UBCh) de San José, donde se ubica la escuela, confirmó que este año no recibieron dotación de limpieza, a diferencia del año pasado, que fueron beneficiados con el programa de limpieza, pintura y desmalezamiento “Gotita de amor para mi escuela” del Ministerio de Educación.
Otras escuelas que están en la misma situación son la San Vicente, la Ciudad de Valencia y la Pedro León Torres. En todas el polvo, las ramas y hojas secas recubren la infraestructura y le dan un aspecto de abandono. Mientras los obreros hacen lo que pueden, también deben lidiar con los desastres que dejaron los robos en la época vacacional. En las escuelas Ciudad de Maturín y San Vicente los obreros limpiaron al límite de las aulas violentadas, a la espera de una experticia por parte de las autoridades.