Cristina Linárez | LA PRENSA.- Sólo basta un grito desesperado a medianoche por uno de los habitantes del sector Nuevo Barrio para que los vecinos comiencen a sonar los pitos y a lanzar triki traki para ahuyentar a los ladrones que se meten a las casas a altas horas de la noche para hurtar objetos de valor.
Desde el mes de octubre del año pasado, habitantes de Nuevo Barrio se dividen en grupos para hacer guardia en las noches ante los constantes robos que se registraban por el lugar.
Roberth Montes, un vecino de la zona, comenta que no les quedó otra alternativa que crear una especie de vigilancia comunal para correr a los choros, cuya estrategia asegura que ha funcionado muy bien, pues los robos nocturnos en el sector han disminuido.
Estos robos que se registran en varias comunidades, normalmente ocurren entre la 1:00 y las 3:00 am. Los rateros aprovechan el sueño profundo de los habitantes, saltan paredes y caminan por los techos, y una vez en los patios o garajes cargan bicicletas, bombonas de gas, bombas de agua, sonidos de carros, repuestos y herramientas de vehículos, entre otros.
Como medida de seguridad y para evitar los robos, muchos guaros antes de acostarse guardan todo.
Los sectores El Carmen, Santa Isabel, La Caldera, Los Luises, Santos Luzardo, Los Crepúsculos, Andrés Eloy Blanco y la Ruezga Norte son algunas de las zonas más azotadas por los choros nocturnos.
Buscan comida
Hurtar comida también es común entre los robos a medianoche. María López, una vecina del sector Los Luises, señala que hace unas semanas se metieron a su casa y se llevaron varios electrodomésticos de la cocina y algunos productos alimenticios que tenía en una alacena.
“Quedé sorprendida, con la situación del país hasta los choros buscan productos para comer”, precisó.