Ágatha Reyes | LA PRENSA.- Mucho que pensar ha dejado medida del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al otorgarle casa por cárcel al líder opositor de Voluntad Popular, Leopoldo López, luego de estar privado de libertad durante más de tres años en la cárcel de Ramo Verde.
“El gobierno utiliza a López como una pieza de ajedrez”, suelta el politólogo Germán Aponte al consultarle a qué responde esta decisión que causa cierta suspicacia en la población venezolana.
Aponte no duda en que la movida realizada por el TSJ responda a que el Gobierno busca desviar la atención por el asalto a la Asamblea Nacional ocurrido el pasado miércoles en la mañana, tomando en cuenta el rechazo a nivel nacional e internacional que generó la acción de grupos armados en contra de los parlamentarios.
“Es una medida humanitaria que alegra; sin embargo, Leopoldo aún sigue siendo un preso político”, agrega que al igual que Leopoldo existen muchos presos de conciencia a quienes debe dárseles libertad plena porque no existe prueba alguna que los incrimine en algún delito, resalta los casos de Ledezma, Ceballos y los más de tres mil detenidos que se han registrado por las protestas en el país.
Señala que el Gobierno busca crear una imagen de diálogo interno, que a su juicio no se está realizando, pero que pudiese darse en el área internacional.