LA PRENSA de Lara.- Fundación Alma de Lara arriba a sus 43 años en honor a San Antonio durante su semana aniversario.
Los niños empiezan a llegar con sus representantes. Las hembras con faldas de abundantes faralaos y los varones con sus sombreros. José Pastor Yépez, directivo de la Fundación Alma de Lara espera junto a la profesora Aura Rivero y aprecian ese respeto de estos bailadores hacia San Antonio. El patrono es el principal homenajeado en esta semana aniversario de esta escuela que celebra sus 43 años dedicados a la formación y presentación de expresiones folklóricas.
El tributo central es la novena a San Antonio en los hogares de varias familias del sector Brisas del Aeropuertos, donde ésta ubicada esta fundación y contando con el apoyo de las agrupaciones «Tamunangue soy«, «Rubiera musical«, «La misma gente» y «Nuevo Iribarren«. Alegorías y sones que se fundirán mañana al cantar el cumpleaños entre los bailadores, músicos, representantes y vecinos que aplauden la permanencia en estas 4 décadas por la siembra de las tradiciones.
Yépez invita a la agenda que continúa este jueves a las 4:00 pm con la presentación de la gala de talentos, en derroche del brillo de estas nuevas generaciones y aquellos miembros en niveles más avanzados. El viernes a las 6:00 pm finaliza la novena y realizan el velorio a San Antonio, recordando su vida y enseñanzas en obras de caridad.
Finalizan el sábado con la misa central a las 10:00 am y finalizada la homilía, seguirán con el ritmo del baile del tamunangue en la procesión por las principales calles de Brisas del Aeropuerto. Un festín que adelantaron desde el 19 de marzo, al comenzar la trecena en honor a este patrono durante las noches de los martes hasta el 13 de junio.
«Tratamos de recuperar la esencia de esta ofrenda al santo, que pueda tener la particularidad en Curarigua, Los Humocaros y demás escenarios, pero que conservan la identidad de nuestras raíces», resalta Yépez de su santidad, milagros y reflexiones sobre su obra. Los niños comprenden y profundizan en su vida, para practicar sus principios con fe.
Cada encuentro es una muestra de unión familiar y vecinos. Un entusiasmo por armar el altar y vestir ese nicho para honrar a San Antonio. Los músicos ofrendan sus tonos y décimas por su legado a la humanidad. Rezan los misterios, Padre Nuestro, Ave María y demás oraciones para pedir a la sagrada imagen. Oran, cantando y eso lo definen como «orar dos veces», hasta que al final se lee un milagro.& ;