José Miguel Najúl | LA PRENSA.- Las evidencias son claras. La reducida cantidad de máquinas para la validación de los partidos políticos, los horarios, la metodología de registro del elector y los tiempos impuestos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) componen un sistema de relegitimación que hace “casi imposible” que las organizaciones puedan cumplir con su objetivo. Lo detalla José Gregorio Zaa, experto electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) del estado Lara, quien señala específicamente al coordinador electoral del PSUV, Jorge Rodríguez, como el “presidente detrás de cámaras” del ente electoral venezolano.
Zaa, quien ha sido miembro de juntas electorales en diferentes procesos políticos y se desempeña actualmente como el encargado de la validación de Voluntad Popular en la región, apunta especialmente al juego de las proporciones que ha sostenido el ente electoral, enviando menos máquinas a entidades que, como Lara, son favorables para los partidos de la Mesa de la Unidad.
-Con horarios de oficina. No estamos hablando de que se inicie a las 6:00 de la mañana, pero sí a las ocho, y que se otorguen cinco días continuos, en días dentro de las semanas, para que se realice. Como ocurrió con el 1% de validación de firmas que se hizo para el referéndum revocatorio. Pero, como agarraron miedo, porque vieron
que a pesar de cualquier traba se mueve a la gente, quieren poner obstáculos aún mayores.
En Lara, los partidos requieren llevar 6 mil 250 militantes para que el estado cuente en la relegitimación, ¿es posible?
-Es ese número, más un colchón de un 15 o 20% para estar seguros. Humanamente en casi imposible lograrlo. Si le adicionamos la política maquiavélica y criminal, crimen de lesa patria que están cometiendo Jorge Rodríguez y Tibisay Lucena.
¿Cuáles son los obstáculos que usted menciona?
-Hacerlo en fines de semanas, con horarios de oficina, en fechas coincidentes con fiestas como la semana santa. Ponen cuesta arriba el proceso, con criterios sesgados a favor del Gobierno.
¿No es mejor los fines de semana, en los que la gente esta libre?
-No es lo correcto.Han colocado un orden caprichoso en el que van de primero los partidos de la oposición, y al final los que apoyan al Gobierno, minimizando el tiempo, tanto con los días, como desde el punto de vista operativo.
¿De qué manera quieren aminorar el tiempo disponible desde el punto de vista operativo?
-Hay varias maneras. Una de ellas es exigiendo, en un proceso de simple manifestación de voluntad, que un elector deba colocar los dos dedos índice y los dos pulgares, para registrarse. Otro, es minimizando el número de máquinas en los municipios, puntos clave, que podrían facilitar la presencia de militante.
¿En qué puntos, específicamente, habría ocurrido eso?
-Iribarren tiene el peso de casi un 70% de los votos de Lara, con unos 700 mil electores. Allí le asignaron tres máquinas, inicialmente, que ya de por sí eran pocas. Eran dos puntos, uno de ellos era la Oficina Regional Electoral. Pero nos rebanaron, colocando esa máquina en la Plaza de la Justicia, moviendo un punto de Barquisimeto para Torres, y eliminando una máquina.
¿Son muy pocas máquinas para el estado Lara?
-Por supuesto. Según el universo electoral, basado en el corte del 2015 del Registro Electoral Permanente, Lara tiene un peso electoral de un 6% de los electores del país, y para acá enviaron sólo 12 máquinas. Sin embargo, un estado como Vargas, que tiene un peso electoral de aproximadamente un 1%, recibe 20. Es en ese tipo de acciones en donde vemos el desbalance tendencioso del CNE.
¿Y los partidos podrán, entonces, obtener la meta?
-La idea que se tiene es tratar de perfeccionar los tiempos. Que cada uno de los electores sepa lo que tiene que hacer, para evitar que a la esmirriada cantidad de máquinas que tenemos se le sume el retraso que pueden propiciar los operadores.
¿De qué manera pueden propiciar los operadores un retraso?
-Haciendo a los electores, de una manera capciosa, preguntas que ya de por sí están sobreentendidas, para poder registrarlos como militantes de la organización política que desean respaldar.
¿Como qué preguntas podrían considerar capciosas?
-Una pregunta capciosa es preguntarle a un militante si es o no votante. Si vota en la jurisdicción, en dónde vive, pedir teléfonos telefónicos y correos electrónicos. Si la gente invierte más de 30 segundos dando esa información, le está impidiendo a un número importante de venezolanos que valide. Si el comportamiento electoral es
idéntico en todos los municipios de la entidad larense, algo que es casi imposible, sólo se podrían llegar a unos 10 mil electores, si cada uno de ellos se registra en un minuto, es muy limitado.