martes, 5 noviembre 2024
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Flexibilización: una bomba para la propagación de la COVID19

Jennifer Orozco | LA PRENSA DE LARA.- Una mezcla de malas políticas públicas, la necesidad imperiosa de trabajar para dar de comer a su familia y la población de riesgo saliendo a la calle masivamente, han hecho de la flexibilización de la cuarentena una «bomba» que ha permitido que el virus se expanda en las ciudades con más población, reportando hasta mil casos positivos cada 3 días. Los médicos investigadores Julio Castro y Rafael Orihuela, aseguran que la pandemia se puede frenar si hay medidas gubernamentales que resguarden al pueblo.

Para Castro, quien es médico infectólogo y miembro de la Comisión Asesora de Salud de la Asamblea Nacional, la única manera de cesar los contagios es evitar el contacto persona a persona, pero en los estados con población más densa como Distrito Capital y Zulia, esta medida es casi imposible en medio de un «desescalamiento» de la cuarentena.

«El 7 + 7 no es real, no mide elementos objetivos como la cantidad de personas en la calle, es una fantasía del discurso gubernamental. El virus se va a diseminar por todos lados, sin importar el lugar, todo es por la densidad de la población», afirma el médico, quien asevera que el crecimiento exponencial del virus en Venezuela comenzó justamente con el anuncio de la flexibilización de cuarentena a finales de mayo y que ahora es que se ve el impacto, pasando de 50 casos semanales a los 700 reportados cada dos días, lo que representa un crecimiento del 28 por ciento cada semana.

Castro, asegura que las estrategias que se están usando para controlar el coronavirus en el país no están funcionando y esto se ve reflejado en el aumento de mil casos cada tres días, o del alza en la curva de fallecidos diarios. El funcionamiento de estas medidas se ve frenado por la salida masiva de las personas a la calle, de todas las edades, en la búsqueda de solventar sus necesidades, como comida y servicios públicos, temas que social y económicamente deben resolverse para evitar que la flexibilización sea tomada como un «vamos todos a la calle», explica el experto.

A esto le suma el sistema de salud con carencias que hay en el país. «Lo que sucede es que aquí la vulnerabilidad del sistema de salud es mucho peor que en otras partes, por eso hay que estar siempre alertas», declara.

El médico asegura que con todos estos factores, el aumento de casos «desmedido» que se está presentando se le llama fase exponencial del virus y por esto el número de registros positivos crecerá cada semana. El experto, además explica que no hay manera de predecir la llegada del pico, indicando que la evidencia clara será cuando el número de casos comience a bajar.

«Hay un cambio claro en la transmisión en las últimas semanas. Creo que estamos entrando al inicio de la fase exponencial y eso implica el aumento de casos por semana. Llegaremos al pico cuando empecemos a bajar. El pico no obedece a una regla matemática de cuándo empieza y cuándo se acaba, sino a cuán bien o mal impongas las medidas para controlar el virus», explicó Castro.

Pero para el médico hay maneras de contrarrestar la fase exponencial y bajar el número de casos que se presentan actualmente en el país. Se trata del cumplimiento de las medidas de protección ante el COVID-19, que son la utilización del equipo de protección personal, pero reduciendo la circulación de personas en la calle.

«En otros países, en algunos sitios vuelve la cuarentena no estricta como está. Donde quizás un 30 % de la población sigue circulando todavía. Va a tener que llegar a un momento donde el 90 % de personas no circula. La única forma de evitar que la transmisión sea efectiva es evitando el contacto persona a persona», comentó.

Aseguró que en este momento es preciso ser más «serio» con las medidas de cuarentena y flexibilización. «O te pones serio con esas medidas y en algunas zonas más estrictas que otras, o la pandemia va a seguir avanzando», dijo.

Castro insiste que fuera de entender la dinámica epidemiológica, las medidas de bioseguridad deben cumplirse todo el tiempo, con una estrategia que denomina «las 3 M'», que son manos limpias, mantener el distanciamiento social de dos metros entre personas y usar la mascarilla.

Además, asegura que para los ya contagiados se debe tomar en cuenta que el COVID-19 es «un agente vivo que necesita varios antibióticos» sumado al cumplimiento de las medidas de protección. «Si cumplimos las medidas, estas tienen una capacidad de disminución de la transmisión de 35 % del virus, si 90 % de la población los cumple al pie de la letra».

Castro finaliza con que la pandemia en Venezuela no se está mostrando en números reales, por lo que hay que estar atentos. «Los fallecidos los estamos contabilizando todavía y es mayor al que está anunciando. Lo oficial son los pacientes que dan PCR positivo y hay gente que fallece sin tener esa prueba y no lo cuentan», revela.

Una «torpeza»

Para Rafael Orihuela, médico infectólogo y experto en medicina tropical, el «desescalamiento» de la cuarentena en tiempo de crecimiento exponencial del COVID-19 en Venezuela, es una «torpeza».

Orihuela explica que la flexibilización de la cuarentena tuvo que hacerse al reducir la mitad de los casos que se estaban reportando diariamente y «observar el comportamiento» de la pandemia, pero el Gobierno nacional lo hizo el 21 de mayo, cuando comenzaba el crecimiento exponencial de los casos positivos en el país y los casos comunitarios superaban a los importados.

«Para el 9 de julio se hablaba ya de estabilización en ascenso de la pandemia, para ubicar los casos diarios entre 350 y 400. Para ese momento, el número de casos totales era 6 veces más grande que el mes anterior y la proporción de casos comunitarios eran el 80 % superando a un 20 % de los mal llamados casos importados. Esa tendencia se mantiene y 3 semanas después, para la segunda quincena de julio, se supera la barrera de los 400 casos en un día. Este es el punto de no retorno», explica Orihuela.

El médico asegura que ya expertos mundiales en epidemiología lo habían advertido con argumentos científicos, que no podía descuidarse el control estricto de la pandemia justamente coincidiendo con el Inicio de la fase exponencial del COVID-19. Pero para ese 21 de mayo se anunciaba el primer esquema de 5 por 10, 5 días de flexibilizacion en casi todos los sectores económicos y 10 días de «guardarse en casa».

Los casos seguían en aumento, duplicándose casi semanalmente, a pesar de esto el primero de junio se anunció el esquema de 7 días por 7 días y el impacto exponencial de esta flexibilización se vio dos semanas después. «La segunda semana de junio llegó la fase comunitaria de propagación rápida o de crecimiento exponencial. Esto puede explotar en la medida en que ande mucha gente infectada en la calle que no lo sabe porque es asintomática u oligosintomática (casi sin síntomas) y no hacemos persecución en caliente del virus con pruebas PCR«, declara.

Para el investigador hay tres razones principales por las cuales hoy el virus en Venezuela es «infrenable«.

«Somos el último país en número de pruebas PCR realizadas con fines diagnósticos, por debajo de Haití. La promesa de descentralizar e incrementar las pruebas PCR hecha a la OPS no se cumplió. El segundo factor del aumento de casos, fue cometer la torpeza de iniciar el desescalamiento coincidiendo con el comienzo de la propagación rápida del virus. Y la tercera ha sido no tomar ninguna medida paliativa para conjurar, aunque fuese parcialmente, la escasez severa de agua potable, alimentos, electricidad, gas doméstico, gasolina y otros servicios. Frente a este fenómeno, cualquier cuarentena fracasa porque mitigar estas carencias, sobre todo el hambre, es prioritaria», revela.

El último cálculo de alcance del virus hecha por la Academia Físicas, Matemáticas y Naturales (Aficman) es de 2000 casos diarios, lo que Orihuela ve «posible» y se debe esperar 3 semanas para estudiar la andanza de COVID-19 y para sacar las cuentas de nuevo.

Las recomendaciones del médico para frenar la pandemia van desde los más sencillo, que es lavarse las manos, usar la mascarilla y mantener la distancia social en no menos de 2 metros, hasta lo que el Gobierno nacional debe planificar para la población de riesgo, personas por encima de los 65 años de edad, a quienes se les debe garantizar «el combo de 3 pasos: alimentos, medicamentos y artículos de limpieza», para todo el segundo semestre de este año y convencer a todo aquel conocido con síntomas de enfermedad respiratoria a acudir al ambulatorio más cercano.

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