Rosalinda Peñaranda | LA PRENSA.- Hoy 13 de junio San Antonio de Padua se hará sentir en todos los rincones de las tierras tocuyanas. Las familias fieles devotas se preparan con sus altares frente a su casa para recibirlo en su visita por el pueblo, durante una procesión que dura aproximadamente 8 horas, entre cantos y bailes de grupos tamunangueros y compartir de cocuy de penca (patrimonio cultural) y agasajos servidos en la mesa.
Desde las 5:00 de la mañana, los devotos hacen un maratón en su nombre. Inician en Los Palmares hasta la iglesia San Francisco, donde seguidamente se hace la misa tocuyana, para entonces comenzar con la procesión, cual cumple tres paradas oficiales, en cada una de éstas se le tocan siete sones y diversos grupos del pueblo le bailan tamunangue en su nombre.
Devotos tienen ciertas tradiciones que hacen en honor al santo patrono, como la familia Trocoli, quienes desde el día 12 comienzan a hacer un hervido de chivo sobre leña en una olla de mil 200 litros, cual comparten con toda la concurrencia.
“Pa’ todo el que llegue” es el sancocho que Humberto Trocoli hace junto a su familia todos los 13 de junio, desde hace 18 años, en su taller mecánico, ubicado en la avenida Fraternidad, punto que se conoce ahora como el almuerzo de San Antonio. El año pasado comieron alrededor de 6 mil personas, este año la familia se prepara para suplir esa demanda con 10 chivos en la olla.
Las familias de El Tocuyo tienen una gran devoción al santo y hacen lo posible para seguir cumpliendo con sus tradiciones y promesas. Carlos Yépez, mejor conocido como “El Pariente”, actualmente capitán de las fiesta de San Antonio, explica que años atrás reunían el dinero para los gastos de la celebración por medio del diezmo que cada capitán designado recogía en su zona, pero aquello causó mucha controversia en el pueblo, y desde el 2009 dejaron de pedir el diezmo y
decidieron hacerlo por colaboraciones directas.
Ganaderos, comerciantes, agricultores entre otras personas particulares colaboran llevando cohetes, ofrendas de flores, arepas rellenas y “el agua pa’ los gallos” (el cocuy) para completar el festejo. Reciben el apoyo además de entes gubernamentales como la gobernación y la alcaldía.
También hay familias morandinas que con un altar frente a su casa convidan a los cantores y bailadores de tamunangue, con un festín, que pese a lo poco que pueda ser para los devotos, San Antonio recibe con gratitud, lo que se le da de corazón.