José Daniel Sequera | LA PRENSA.- Las limitaciones presupuestarias que presenta actualmente la red de escuelas Fe y Alegría -causadas por la crisis socioeconómica en Venezuela-, hace que estas deban aliarse a organizaciones no gubernamentales, empresas privadas, alumnos regulares y exalumnos para mitigar la falta de recursos.
Éste método es usado en las ocho escuelas que mantiene esta fundación en Lara. Según Alexis Moreno, director regional de Fe y Alegría dice
que principalmente se está trabajando con redes solidarias iniciadas por representantes y aliados propios que los ayudan con el tema de la comida.
Como el programa PAE (Programa de Alimentación Escolar) no llega completo a nuestras instituciones, los mimos padres tuvieron la iniciativa de hacer operativos para recolectar comida para el servicio de comedor”, destaca Moreno.
Un ejemplo del apoyo que tiene la escuela ubicada en el sector El Trompillo, donde realizan un operativo llamado “Are-paz”. “En principio
eran solamente 100 niños, pero desde enero ya estamos atendiendo a 500”, afirma el director.
Pero estas ayudas no sólo se resumen al área de comida, pues tal como o explica Moreno, también se han propuesto hacer alianzas con líneas de transporte para que el personal docente pueda llegar al sitio de trabajo.Los directivos de la escuela del barrio Bolívar lograron por medio de un representante que es transportista, que una buseta recogiese a los docentes en un centro comercial del oeste y llevarlos hasta la sede.
Cada escuela tiene su particularidad. En el caso de la institución ubicada en el sector La Pastora de barrio Unión, desde que inició el año escolar los mismos alumnos del sexto año de Técnica Mecánica por medio de talleres de emprendimiento han recogido dinero tanto para la institución como para ellos.
“Han realizado materos, lámparas o cualquier otro artefacto, lo venden y la mitad del precio para subir los fondos del colegio y el resto es manejado por el profesor guía de cada sección para gastos que puedan tener de recursos”, sentencia la profesora Elizabeth Fréitez, subdirectora de esa institución.
Detalla además que hace tres meses se habían quedado sin neveras y un exalumno donó una nevera a través de la empresa para la que trabaja. “Gracias a Dios recibimos ese pequeño empujón”, resalta contenta la docente”.
Mientras tanto, la directora de la escuela de San Francisco, Eleaneth Escalona, comenta que el tema del efectivo ha “complicado” la llegada
de los profesores que viven muy lejos, pero que se están haciendo las gestiones correspondientes.
Antes dábamos efectivo a los docentes de lo que entraba con el pago de mensualidades, pero ya eso se acabó porque todos pagan por transferencias”, suelta.