viernes, 22 noviembre 2024
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Familias sin poder pegar un ojo por las lluvias

C. Linárez – A. León | LA PRENSA.- Con angustia y preocu­pación pasaron la noche del martes, 24 familias que habitan en el sector de Santa Rosa abajo, por­que el agua del Río Tur­bio mezclado con barro se les metió a sus hoga­res y dañó sus pertenen­cias.

Con los ojos aguarapa­dos y sorprendidos mira­ban los habitantes el agua que entraba en sus casas, y al ver que no ce­saba, buscaban la manera de salvar sus peroles, sin embargo, a varias perso­nas se les mojaron los colchones y ahora no tie­nen dónde dormir.

“Nosotros pedimos que nos ayuden, sabemos que estamos en una zona de riesgo, pero acepta­mos si el Gobierno o la gobernación del estado quiere ubicarnos en otro lado”, expresó Angélica Ramos, una de las habi­tantes.

La comunidad expresa­ba que no se debe espe­rar a que pase una trage­dia y que ya no sea las co­sas materiales las que se pierdan sino también las vidas de las personas.

Por las lluvias, cuatro ranchos que están en el cerro justo al lado del Río Turbio, fueron las más afectadas. Una señora de avanzada edad, María Colmenares, mencionó que se sentía muy triste porque cada vez que viene la tempora­da de las lluvias ellos son los más afectados y ase­gura que no tiene para dónde irse.

A las 6 de la tarde las lluvias la seguían afec­tando, esta vez con la ex­plosión de los transfor­madores. Pasadas las 8 de la noche no había luz en la parte baja del pueblo.

Más consecuencias

Las calles de Barquisi­meto y Cabudare estaban pasando los estragos de las lluvias. En el centro de Cabudare, El Placer y Valle Hondo aún seguía lloviendo ligeramente y se podía ver cómo las personas caminaban con bolsas, carpetas, bolsos o paraguas para proteger­se.

Debajo del puente de Valle Hondo, específica­mente en el retorno ha­cia Barquisimeto, había un pequeña laguna que podía levantar una gran ola si el conductor que iba por el sitio pasaba a alta velocidad.

El centro de educación inicial José Herrera Oro­peza, ubicado en el sec­tor La Guzmana de Caro­ra también tuvo una pa­sada de factura por las lluvias. Lagunas de agua en los salones, filtraciones en las paredes y desborda­miento en los baños es lo que vivió esta institu­ción, sus profesores y los 202 alumnos desde tem­pranas horas de la maña­na las afectaciones, además de una nube de mosquitos que no saben cómo hacer para que no afecten la salud de sus estudiantes.

En la carretera Lara – Zulia también se vieron consecuencias ya que va­rios escombros taparon la vía.

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