C. Linárez – A. León | LA PRENSA.- Con angustia y preocupación pasaron la noche del martes, 24 familias que habitan en el sector de Santa Rosa abajo, porque el agua del Río Turbio mezclado con barro se les metió a sus hogares y dañó sus pertenencias.
Con los ojos aguarapados y sorprendidos miraban los habitantes el agua que entraba en sus casas, y al ver que no cesaba, buscaban la manera de salvar sus peroles, sin embargo, a varias personas se les mojaron los colchones y ahora no tienen dónde dormir.
“Nosotros pedimos que nos ayuden, sabemos que estamos en una zona de riesgo, pero aceptamos si el Gobierno o la gobernación del estado quiere ubicarnos en otro lado”, expresó Angélica Ramos, una de las habitantes.
La comunidad expresaba que no se debe esperar a que pase una tragedia y que ya no sea las cosas materiales las que se pierdan sino también las vidas de las personas.
Por las lluvias, cuatro ranchos que están en el cerro justo al lado del Río Turbio, fueron las más afectadas. Una señora de avanzada edad, María Colmenares, mencionó que se sentía muy triste porque cada vez que viene la temporada de las lluvias ellos son los más afectados y asegura que no tiene para dónde irse.
A las 6 de la tarde las lluvias la seguían afectando, esta vez con la explosión de los transformadores. Pasadas las 8 de la noche no había luz en la parte baja del pueblo.
Más consecuencias
Las calles de Barquisimeto y Cabudare estaban pasando los estragos de las lluvias. En el centro de Cabudare, El Placer y Valle Hondo aún seguía lloviendo ligeramente y se podía ver cómo las personas caminaban con bolsas, carpetas, bolsos o paraguas para protegerse.
Debajo del puente de Valle Hondo, específicamente en el retorno hacia Barquisimeto, había un pequeña laguna que podía levantar una gran ola si el conductor que iba por el sitio pasaba a alta velocidad.
El centro de educación inicial José Herrera Oropeza, ubicado en el sector La Guzmana de Carora también tuvo una pasada de factura por las lluvias. Lagunas de agua en los salones, filtraciones en las paredes y desbordamiento en los baños es lo que vivió esta institución, sus profesores y los 202 alumnos desde tempranas horas de la mañana las afectaciones, además de una nube de mosquitos que no saben cómo hacer para que no afecten la salud de sus estudiantes.
En la carretera Lara – Zulia también se vieron consecuencias ya que varios escombros taparon la vía.