432 familias de la comunidad Fortunato Orellana en Palavecino necesitan que se recupere el asfaltado y que el servicio de agua sea fijo. Señalan que el deterioro de las cinco calles principales es evidente y deben almacenar el agua los días lunes y viernes, durante las horas indeterminadas que les asignen el servicio a este sector que colinda con la urbanización Chucho Briceño.
Conocen que el asfaltado data desde el año 1975, cuando resultaron beneficiados por la cercanía con la mencionada urbanización. El señor Francisco Amaya reclama que la calle 1 es una de las más transitadas y se aprecian varias perforaciones que por la humedad y el pasar del tiempo se han ido extendiendo hasta en profundidad. Además que destaca el daño de la calzada en algunos tramos producto de las reparaciones de la red de aguas servidas, las cuales quedaron esperando por la reposición de la capa asfáltica.
También muestra el mal estado de las aceras, algunas con pedazos de brocales fracturados y otras que en varios trechos se han ido levantando por el brote de algunas raíces, así como por efectos del tiempo. «Esta situación, aunque no parezca, es de peligro, porque se tiene el miedo de la caída de adultos mayores», menciona de la posibilidad de lesiones, debido a una pisada inadecuada que cause un esguince o un traumatismo en las rodillas, tras sufrir alguna caída.
Representan mayor peligro durante las noches, considerando que el alumbrado público es deficiente porque se han quemado varias lámparas.
El señor Víctor Santana dijo que también suele caminar con mucho cuidado y que en varias oportunidades ha limpiado una parte de la acera cercana a su casa, donde crece la maleza e impide el paso a transeúntes. También se queja por la falta del servicio de agua por más días a la semana, considerando que no cuenta con suficientes envases para almacenar y debe completar con botellas de refrescos que va llenando desde su porche.
Los vecinos lamentan que el único campo deportivo estaba prácticamente abandonado y sólo el empeño de particulares ha permitido la actividad deportiva permanente para alrededor de 280 atletas. Luis Lauduccy, presidente de la escuela de béisbol TP9 Kid, confirma que desde mayo de 2019 empezaron a recuperar el recinto con movimiento de tierra, levantaron la cantina, ubicaron un tanque de 30 mil litros, iluminación y hasta remodelación de la tribuna. Reciben a Criollitos de Venezuela y hasta de la academia Tomasito Pérez.
Reclaman que recientemente una cuadrilla de Corpoelec podó los árboles, pero dejaron las ramas, algunas apoyadas sobre la red de alfajol. De hecho, entre representantes y atletas han tenido que mover algunas para evitar más daño a la cerca.
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