Estefany Figueroa | LA PRENSA.- Dueños y estilistas de los salones de belleza de Barquisimeto sufren por la poca disposición de dinero en efectivo que hay en el país por lo que han tenido que migrar a los sistemas de pago tecnológico como las transferencias bancarias para poder mantener su clientela.
“El pago de todos los servicios es por transferencia o por pago móvil porque nuestro punto de venta está dañado y la gente no carga efectivo”, dijo Neile Cordero, gerente de un centro de belleza en el este de la ciudad, quien comentó que sus clientes han sido muy fieles, pero la situación país y la falta de efectivo los pone contra la pared.
Según los dueños de los centros de belleza, desde diciembre del año pasado no reciben el pago en efectivo por alguno de sus servicios, ni siquiera en el más económico que es un corte de cabello para dama o caballero que se ubica en 60 mil bolívares. “La gente prefiere guardarse el efectivo para costear los pasajes”, añadió Cordero.
Yorkis García, manicurista, explica que el bajón de clientes no ha sido tan abismal gracias al pago electrónico, sin embargo, asegura que hay mujeres que han bajado la rutina de embellecerse pues deben cubrir gastos de mayor prioridad como la comida.
Yo tenía clientes que venían a arreglarse las uñas todas las semanas, ahora vienen cada 15 o 20 días para ahorrarse ese dinero y usarlo para comprar comida”, reveló García.
Trabajan chucutos
Aunque con los clientes los salones de belleza han podido resolver el pago a través de transacciones electrónicas, la falta de efectivo les pasa factura con los trabajadores, quienes en ocasiones han faltado a sus trabajos porque no tiene cómo pagar el pasaje.
Silvina Ocampo, administradora de Xu Grupo Estilistas, revela que a diario se enfrenta a este tipo de inconvenientes lo que a su vez genera retraso en la atención al cliente, que en ocasiones se cansa de esperar y se va.
Esta crisis de efectivo nos tiene muy mal, hay trabajadores que se vienen hasta a pie para poder trabajar, no es justo lo que vivimos”, lamentó.
Ocampo apuntó que esta misma crisis está haciendo que los estilistas huyan del país en busca de una mejor calidad de vida.
Hay peluqueras, barberos y manicuristas que se van a Colombia porque allá el pago es mucho mejor y hasta les alcanza para enviar dinero a sus familiares en Venezuela. Eso nos pone en jaque porque el talento está emigrando al país vecino y los salones de belleza quedan sin profesionales”, señaló.