María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- En una pequeña sala de un ranchito se encuentra un estudiante con un lápiz y un cuaderno haciendo sus tareas. Es un niño de 7 años que vive en El Trompillo y su madre tiene que ir a la escuela a buscar las asignaciones porque la señal de internet es intermitente y el canal del Estado no se ve, lo que complica su participación en las clases online y cumplen a medias las tareas de la maestra.
Este triste panorama es común en zonas rurales y alejadas de la ciudad donde la señal de internet, televisión y telefonía es prácticamente nula. Estudiantes de El Trompillo, Pavia, Carorita, Padre Diego, Andrés Bello y algunas zonas de La Carucieña y La Ruezga sufren a diario para poder avanzar en sus actividades académicas, mientras que las madres hacen hasta lo imposible para que sus hijos aprendan aunque sea lo más elemental, como leer, escribir, y aprender sencillas operaciones matemáticas.
Elvia Álvarez, madre de un niño que está en primer grado en El Trompillo, contó que cuando tienen internet pueden revisar la cuenta de Facebook y chequear actividades que han enviado los profesores, pero a veces se atrasan porque la señal se cae con frecuencia.
Los padres cuentan que a veces si hay señal, pero no tienen saldo para chequear las tareas y es un limitante que también se les suma. Hay otros que se comunican por llamada o mensaje de texto para informar a los docentes que no han podido ponerse al día.
En las escuelas Fe y Alegría los docentes han buscado alternativas para tratar de abarcar a todos los estudiantes que no tienen el acceso al internet o que no cuentan con un celular inteligente. Por ejemplo hay docentes que llegan hasta las casas de los estudiantes, colocan carteleras en las entradas de las instituciones con las actividades de la semana para que ninguno se pierda de las clases.
