María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- La firma de la III Convención Colectiva es una deuda pendiente que tienen las autoridades del Ministerio de Educación con el gremio, la cual se viene discutiendo, pero aún no se firman las cláusulas de las tablas salariales ni mucho menos beneficios sociales. Ante eso, docentes ya sumaron un año de acciones de calle en exigencia a sus derechos y la aplicación de horarios flexibles en instituciones públicas con previa autorización de representantes; sin embargo, no deja de afectar la calidad académica.
«Se cumplió un año de protestas y el motivo se relaciona con la desincorporación de la parte patronal a la mesa de discusión», dijo Jesús Echeverría, directivo de Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del estado Lara (Sutelara), asegurando que ya se había acordado 17 cláusulas, pero falta discutir aspectos económicos como las tablas salariales, primas y bonificaciones.
En todo este camino han manifestado en las calles, hecho asambleas permanentes e informativas, además de acciones en las mismas instituciones educativas. También han aplicado el horario flexible o mosaico, que consiste en que los docentes den clases dos o tres días a la semana previo acuerdo con los padres, pero que no deja de afectar la calidad de la educación, así como la nivelación y seguimiento de contenidos.
Dulce Meléndez, directivo de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación (Fenatev), dijo que ante la situación económica que viven los docentes, buscan otras alternativas de ingresos y aplican el horario mosaico. «Y éste no es conveniente para los estudiantes porque no ven clases todos los días y merma la cantidad de horas», pero realmente los docentes no pueden asistir a diario. Añaden que la falta de dotación de material didáctico, también afecta el proceso.