William Croes | LA PRENSA.- Los estacionamientos están más pelados que una sabana. Dueños de parqueaderos apuntan que hay una merma de un 50% de ingreso vehicular y de las horas de uso que se traducen en menos ganancias y repercute directamente en cantidad de empleos generados y poco mantenimiento a la estructura.
En los centros comerciales dejaron de ser rentables para los dueños de estacionamientos. Un parqueadero ubicado en uno de los mall referentes del este de la ciudad tiene una capacidad de 11 mil puestos, hace dos años los fines de semana se quedaban pequeños, pero ahora hay una asistencia media de 6 mil carros.
“La reducción es dramática y aún las tarifas están muy por debajo de nuestros costos”, detalla Rafael González, representante de la Asociación de Estacionamientos del estado Lara, quien asegura que de seguir esta tendencia pronostica el cierre de al menos cinco parqueaderos en el segundo semestre del año.
El tiempo de duración de un vehículo en el estacionamiento también ha disminuido en más de un 70%. Hace dos años, el promedio de duración de una persona en un centro comercial era de cuatro horas, lo que engordaba el pago del servicio de parqueo, pero ahora los carros permanecen entre 50 minutos y una hora y quince lo que genera menos ganancias.
El costo de la hora en los estacionamientos está regulada en 13.44 bolívares desde el 2014.
Anpage, que es la asociación nacional, propuso al Gobierno el aumento a 130 bolívares en el 2015; sin embargo, aún el punto está en discusión con la Sundde, y según representantes ya hay una nueva tarifa establecida, pero no ha sido aprobada porque no se ha dado el ejecútese.
Algunos dueños de estacionamientos decidieron de manera arbitraria aumentar las tarifas. En Lara la hora promedio está entre Bs. 40 y Bs. 100. “Es un aumento que han hecho corriendo el riesgo de una fiscalización y de una multa de mil unidades tributarias por la Sundde, pero es eso o entrar en un cierre técnico”, explica González, quien señala que la situación económica del país ha ido empujando el negocio hacia un abismo.