Osman Rojas | LA PRENSA.– La falta de harina golpea las panaderías de la ciudad. Desde que arrancó el año los panaderos en el estado han denunciado las irregularidades que han sorteado para poder recibir la materia prima que entrega el Gobierno; sin embargo, en las últimas dos semanas la situación parece haber tocado fondo, pues hay un desabastecimiento del 80% que condena a los productores regionales.
Martín Salas, dueño de panadería e integrante de la Asociación de Panaderos en el estado Lara, confirma que los problemas con la harina se han agudizado en las últimas dos semanas. “Las grandes panaderías reciben 100 sacos mensuales, pero ahora nos están dando 20”, dice el panadero.
La escasez de harina es tan marcada que, según comenta Salas, las panaderías han optado por sacar sus productos de forma interdiaria para tratar de estirar la masa. “Lo que nos queda es adaptarnos a la crisis y tratar de sobrevivir. Lo sentimos mucho por la gente porque ella es la que más sufre”, suelta.
Gisela Sánchez, abuelita de 65 años, valida las palabras de Salas. La doñita está sentada a las afuera de la panadería Luz de Sión esperando que le digan si van a vender pan o no. Raya una hoja blanca y con eso trata de ignorar la inclemencia del sol.
“Llegué hace dos horas, pero no me voy sin que me digan si van a vender pan o no”, comenta. Sánchez asegura que tiene dos días visitando la panadería, pero cada vez que va recibe una respuesta negativa. “Dicen que no tienen harina y por eso no nos venden”.
Entre el centro, este y oeste de la ciudad La Prensa visitó 10 panaderías para ver cuántas iban a vender pan. El recorrido sirvió para confirmar que sólo cinco de las visitadas tenían materia prima para trabajar. Las otras cinco también tenían a personas formadas, pero sus hornos estaban apagados.