William Croes | LA PRENSA.- El deseo de dejar el mundo de los vicios y las drogas no lo es todo en un país cada vez más golpeado por la escasez de insumos y medicamentos. En el programa de desintoxicación del Proyecto Juvenil Misionero (Projumi), 70 jóvenes están en lista de espera desde hace cuatro meses por falta de solución fisiológica.
La solución fisiológica es la base para la preparación de los cócteles toxicológicos que se introducen de manera endovenosa durante los tres primeros días del programa. Es un tratamiento que requiere de la sustancia como principal insumo, pero no está a entera disposición para Projumi.
“Es preocupante que los familiares muevan cielo y tierra para que los jóvenes inicien el tratamiento, pero no lo encuentran”, expresa Gerardo Pastrán, director de Projumi, quien asevera que la dosis de cócteles es la primera fase para un plan de desintoxicación que en una persona constante y con todo a su favor puede durar un período de ocho meses a un año.
Las pocas personas que han podido iniciar el programa de desintoxicación en los últimos meses es debido a la colaboración de organismos e instituciones que se han articulado para conseguir la dotación necesaria de algo tan elemental, como una solución fisiológica.
Rehabilitan vidas
Projumi en conjunto con la Fundación Solidaridad, organismo dependiente de la Gobernación del estado Lara, emprendió de manera conjunta el programa “Rehabilitando vidas”, el cual consiste en la desintoxicación de 32 personas que la fundación ha venido trabajando con ellas desde el año pasado.
Es un equipo multidisciplinario el que está encargado de brindarle la asistencia a las personas que fueron encontradas en situación de calle en los diferentes recorridos que realizó el gobernador por los sectores populares”, expresa Milagros Matos, presidenta de la fundación adscrita al Ejecutivo regional.