Osman Rojas | LA PRENSA.- Apagados y cubiertos con sábanas, para que no se llenen de polvo, luce la mayoría de equipos médicos en clínicas y hospitales. Desde que arrancó el año los centros de salud han lidiado con la escasez de piezas para reparar equipos de alta tecnología.
Cada vez que una máquina se daña nosotros pegamos el grito al cielo. Uno cotiza, pero sin acceso a divisas es prácticamente nulo porque todo lo venden en dólares”, explicó un trabajador del área administrativa de la clínica Razetti que prefirió no revelar su nombre por seguridad.
La fuente asegura que los tomógrafos o los equipos de Rayos X son los que más rápido se dañan debido al uso. “Aquí tenemos cuatro equipos parados y no sabemos cómo hacer. Comprar los repuestos con dólar paralelo es una pérdida de tiempo porque eso significa que el precio del examen se debe incrementar en un mil por ciento y eso no nos lo van a permitir”, comenta.
La situación con los equipos médicos es tan grave que según los números que maneja la fundación Lara Entera por la Salud (LES) y la red privada del estado, ha paralizado en un 60 por ciento su operatividad en los últimos 9 meses, situación parecida a la del sector público cuyo déficit en cuanto a máquinas asciende a un 70 por ciento. “Sin plata no se puede trabajar y el Gobierno nacional debe de entender eso.
Las clínicas siempre han sido de apoyo para los centros públicos pero si ellos no tienen equipos cómo van a diagnosticar algo a tiempo. Venezuela está sumergida en la peor crisis de su historia”, lamenta César Ribas, coordinador de LES. La inoperatividad de las clínicas trae como consecuencia que muchos pacientes emigren a estados vecinos en busca de laboratorios que realicen pruebas especiales.
Uno ve de todo y es algo lamentable. Ahora mismo las personas tienen doble trabajo porque no es sólo buscar los equipos sino conseguir los reactivos. Importación en el país para el sector salud no hay y los pacientes lo ven reflejado en las condiciones en las que se encuentran los servicios médicos en los centros públicos y privados”, concluyó Ribas.