Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Van de unidad en unidad ofreciendo mercancía. Con un «buenas tardes, no los quiero incomodar», comienzan a repartir entre los usuarios las golosinas mientras el ruta va recorriendo las cuadras. Las ofertas las hacen parecer «irresistibles» para los pasajeros, al recordarles el llevar aunque sea un caramelo para los pequeños de la casa.
Los trabajadores no dependientes o también conocidos como «charleros«, aseguran que pueden llegar a ganar a la semana entre 60 y 80 dólares, un monto que duplica y hasta sobrepasa lo que puede ganar un trabajador regular al mes.
Las promociones que ofrecen pueden ir desde cinco caramelos o 3 gomitas en Bs. 1 hasta las galletas de chocolate que pueden costar Bs. 3, dinero que se va sumando durante el día y al finalizar la tarde pueden llegar a totalizar 15 dólares cuando han tenido muchas ventas y cuando no, un mínimo de 8 dólares.
«Hay días buenos y hay días malos. En una semana varía mucho lo que podemos hacer porque no siempre las personas tienen dinero. Es más como de la suerte que se tenga en el día«, expresó Yorvi Valenzuela, quien trabaja en la calle de manera informal desde el mes de octubre porque perdió su trabajo formal y al no conseguir otro empleo, decidió buscar sustentar a su familia vendiendo golosinas.
Una situación similar es la que vive Vicente Goyo, tiene 19 años y cuenta que desde hace un mes está trabajando en la informalidad, lo que le ha permitido mantener a su esposa; sin embargo, a veces se encuentra con el problema de que hay algunos colectores que no lo dejan abordar las unidades de transporte o le piden mercancía a cambio.
No sólo jóvenes y adultos mayores han optado por este tipo de empleo. En algunos buses también se observan niños que suben a vender cualquier mercancía que les permita llevar dinero a casa.