Osman Rojas | LA PRENSA.- El Hospital Central Antonio María Pineda se queda sin enfermeras. Desde que arrancó el año las profesionales de la salud han renunciado de manera masiva a su cargos por dos razones: bajo salario y precarias condiciones de trabajo.
Según los números que maneja el Colegio de Enfermeras en Lara, en lo que va de año han renunciado 57 profesionales elevando a 200 el déficit de enfermeras que faltan en el principal hospital de la región.
Andreína Salas, vocal del Colegio de Enfermeras de la entidad, asegura que la renuncia masiva de personal se siente en cada uno de los servicios que hay en el Antonio María Pineda (AMP). Sala de recuperación de mujeres (14 enfermeras que faltan), oftalmología (8), pabellones (10) y Unidad de Cuidados Intensivos (11) son los servicios que más sufren por la escasez de personal.
Nosotros entendemos el malestar de las personas cuando se refieren a condiciones laborales y pago, pero humanamente no podemos hacer más. En el Central hay enfermeras que redoblan sus turnos para no dejar desprotegidos a los pacientes, pero somos muy pocas y allí (en el AMP) hay mucha gente”.
Carlos Zambrano, hombre que tiene hospitalizada a su abuela por una fractura de fémur, ha sufrido en carne propia el déficit. Comenta que en segundo piso, lugar donde tienen recluida a su abuela, no hay enfermeras en las noches.
“Los pacientes están solos. Los mismos familiares monitorean la evolución de los enfermos”, denuncia Zambrano, quien agrega que el problema no se da sólo en el turno nocturno. Durante la mañana los familiares deben recurrir a otros servicios para encontrar profesionales que quieran prestar una mano.
En segundo piso (área de recuperación del AMP) hay 36 camas habilitadas lo que significa que, según los estándares de la Organización Mundial para la Salud (OMS), deberían trabajar 15 enfermeras por turno que atiendan esa capacidad.
El Luis Gómez López y el Seguro Social Pastor Oropeza también tienen un déficit de enfermeras superior al 50 %.