María F. Hurtado | LA PRENSA.- En las ferias de hortalizas ya no hay nada barato. Verduras como la papa, yuca, tomate, plátano, apio y auyama han subido un 300 por ciento en dos meses. Ahora las amas de casa deben hacer las compras estratégicas que maten el hambre pero que no quiebren su bolsillo.
Los precios de las verduras están variando en un aproximado de 10 mil bolívares cada semana. Ayer las verduras registraron un valor que gira entre 40 y 45 mil bolívares, la semana pasada estaba en 35 mil y en diciembre en 15 mil bolívares. Es decir, que semanalmente los guaros tienen menos oportunidades de comprar por el costo que va adquiriendo cada rubro.
“‘Le doy seis meses de vida a este negocio. Cada vez es más difícil reponer el inventario porque todos los días hay precios distintos”, dijo desanimado Walid Maklad, dueño de un establecimiento de verduras, mientras fumaba su acostumbrado cigarrillo.
Administradores tienen que arroparse hasta donde les llegue la cobija y resolver con lo que tienen para invertir y sacar adelante el negocio. La mayoría habló de que más allá de generar ganancias están ‘tratando‘ de mantener abierto.Expresan que aun cuando diariamente asiste la
misma cantidad de gente, su poder adquisitivo es menor al del año pasado.
“Si anteriormente compraban de seis kilos en adelante ahorita lo hacen de dos o tres kilos, según les alcance el dinero”, dijo Maklad.
“A falta de arroz comíamos verduras, ahora no sé qué comeremos porque todo está cada vez más caro”, dijo con desespero Carmen Ollar
ves, una ama de casa que llevaba en una bolsa cuatro plátanos, cinco papas y tres yucas.
La gente comentaba que ya no es tanto lo que no se consigue sino lo que cuesta comprar cada producto, porque “con una quincena apenas se
compran 3 kilogramos de verduras, pero yo aparte de comer, pago luz, agua, teléfono y los pasajes”, se quejó Sonia Arenas, una empleada
pública que esperaba ser atendida para pagar en una de las ferias de verduras del centro.
Tanto compradores como dueños de negocios se las ven difícil con el cambio de precios casi semanal. La situación económica los agobia y
crea en ellos incertidumbre de no saber qué pasará el día de mañana.