Los delincuentes han dejado daños, como vidrios rotos, cerraduras de puertas violentadas y el robo de equipos
Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Con preocupación ven los sacerdotes los registros de hurtos y hechos vandálicos dentro de las iglesias católicas de Barquisimeto y Cabudare que ha generado consternación y tristeza en la comunidad religiosa, cuyos integrantes ven vulnerada la seguridad y el respeto por la casa de Dios.
Durante el año 2024, en Barquisimeto y Cabudare seis iglesias han sufrido hurtos y actos vandálicos, este último hecho ocurrió en dos templos, la parroquia La Milagrosa de San Juan de los Lagos y la San Juan Bautista de Cabudare.
El presbítero, Luis Vargas, lamentó los hechos ocurridos el pasado sábado y sostuvo que el templo está abierto para toda la comunidad y que sirven a la oración, la reconciliación y sobre todo piden paz, que es lo que más se solicita.
«Lo que pedimos es que todos nos entendamos y que todos tienen derecho a hacer su protesta, pero no pueden ir a cualquier pared de la iglesia y dejar mensajes. Tenemos que unirnos todos los hermanos y que se construya la paz», dijo el padre.
En los casos que han ocurrido los delincuentes han dejado daños, como vidrios rotos, cerraduras de puertas violentadas y han cargado con equipos que se usan para las eucaristías.
En marzo, delincuentes ingresaron a la iglesia El Cristo luego de levantar el protector de una de las ventanas, una vez en el lugar lograron cargar con un ventilador, las lámparas de luz LED y el dinero de las alcancías, pero el sacrilegio fue cuando llegaron hasta donde se encontraba el Santísimo, abrieron el sagrario y sacaron una hostia consagrada.
Meses después, la iglesia Catedral, San José y La Paz sufrieron hurtos y daños.
Para el padre Jesús Lárez, capellán de la iglesia La Paz, lo que se exige es más seguridad para los templos, pero que esto va en la inversión en mejorar cerraduras y puertas, pero que deben hacerlo para más protección.
«Tenemos una descomposición social tremenda como resultado de la falta de educación en el hogar y la falta de la familia para fomentar los valores», dijo Lárez.