Guiomar López | LA PRENSA.- »Yo los felicito de corazón, porque son parte de ese pueblo que no se detiene por el temor”, exclamó monseñor Antonio López Castillo este sábado 29 de abril, luego de escuchar los testimonios de residentes de la urbanización Sucre, por la arremetida de la Guardia Nacional Bolivarian. Era la antesala de la vigilia, donde la Iglesia recordó que “creen en la paz y sin dictadura”.
Los asistentes eran padres y personas de la tercera edad, que recordaban advertencias como “¡Puerta abierta, hombre muerto!” y lamentos de abuelos que “pensaban tener mejor calidad de vida y ahora la ofrendan por el país”. A lo que monseñor recordaba “¡mucho cuidado con el comunismo!, es la peor decisión de hambre y miseria”.
Aplaudió que se encuentren unidos y sin miedos en la lucha por este país y por los derechos humanos. De allí, que deben orar y trabajar, porque a “Dios rogando y con el mazo dando”.
Monseñor se levantó y empezó a rezar el Padre Nuestro y Ave María. Seguido el canto de “Juntos como hermanos”, mientras los participantes cerraban sus ojos invocando al Señor.