En «Bequito» hubo pérdidas de hasta $700 por la inundación

Luis F. Colmenárez | LA PRENSA DE LARA.- Los comerciantes del Centro Comercial para la Economía Popular II, también conocido como «Bequito», no escaparon de los dañ;os que dejaron las fuertes lluvias que cayeron sobre Barquisimeto la semana pasada, ocasionándoles pérdidas de mercancía que sobrepasan los 700 dólares.

Raiza Colmenárez, presidenta del condominio del centro comercial, contó a LA PRENSA que el 90% de los 350 locales que actualmente se encuentran activos tuvieron pérdidas considerables.

«Todos registraron pérdidas, algunos más que otros, evidentemente. Pero puedo decir que todos los locales de abajo, incluida la feria de comida quedaron bajo el agua», relató.

Tal es el caso del señ;or Antony Reinoso, quien desde hace dos añ;os ha vendido pantalones en su local. Relata que las inundaciones en el lugar dejaron completamente empapadas seis docenas de prendas, lo que representa pérdidas que alcanzan los 700 dólares.

«Algunas las envié a una tintorería para intentar salvarlas, allí gasté 150 dólares. Pero nos inundamos dos veces, así que ese gasto tuve que duplicarlo», comentó Reinoso, refiriéndose a los días martes y jueves.

Otra de las afectadas fue Samantha Rojas, quien con mucho sacrificio ha sacado adelante su local de sandalias, el cual tuvo que desechar 60 pares que quedaron completamente inservibles.

«Nosotros fabricamos, pero también traemos mercancía de Colombia que es costosa, todo eso se perdió. Por lo menos ahorita no fueron tantas, porque hace meses hubo otra inundación y perdí 300 sandalias», dice.

Apenas comenzaron a ver los reportes en redes, muchos comerciantes se fueron corriendo hasta el centro comercial para ver el estado en el que estaban sus locales. Unos llegaron a las 12 de la noche y se mantuvieron sacando agua durante toda la madrugada, todo eso mientras veían su mercancía sumergida.

Los locatarios exponen que dicha situación se ha venido presentando desde que los locales fueron inaugurados hace 14 añ;os, y es que no hay un sistema de drenajes que ayude a bajar los niveles de agua.

«Hay una sola alcantarilla aquí en la calle 28, la otra está en la 36, por lo que son ocho cuadras de agua que desembocan aquí y por eso colapsa», explica María Andrade.