martes, 5 noviembre 2024
martes, 5 noviembre 2024

En Arenales viven en suplicio por fallas de agua y aseo

Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Un «hilito» de agua e intermitente, así se quejan familias del sector Arenales de Quíbor, porque no tienen manera de administrarla para el consumo y la higiene se hace más cuesta arriba. Además, que padecen desde hace un añ;o sin el servicio de aseo urbano, limitándose a acumular los desechos sólidos por varios días y esperar que algún señ;or les ofrezca el servicio de botarla en un vertedero improvisado cercano a esta comunidad. Señ;alan que están cansados de las fallas en estos servicios públicos, considerando que el agua es insustituible y la basura es un factor contaminante en sus hogares.

Calle «Felicidad» es una de las principales vías de este sector del municipio Jiménez, pero sus habitantes sonríen al referirse a esa ironía, de estar tan lejos esa emoción que viven pronunciando a diario. Sólo se quedan en el nombre de la calle, porque en sus casas reina la preocupación por tratar de almacenar agua, cuando la mayoría de residencias apenas cuentan con un tanque plástico rojo y también la recolectan en varios envases de refrescos.

La necesidad extrema se evidencia al entrar a la casa de la sexagenaria, Atanasia Giménez y sus nietas vienen gateando lentamente hacia el porche. Son jóvenes de 18 y 20 añ;os con discapacidad a consecuencia de graves secuelas cerebrales y de columna. Sus piernas están cubiertas de la tierra del piso rústico de esta humilde vivienda y se aprecia el abultado pañ;al de tela para protegerlas de la pérdida del control de los esfínteres. El aseo dejó de ser constante para ellas y es complicado para lavar los pañ;ales improvisados de trapos viejos, porque no tienen para adquirir los desechables y tampoco de suficiente agua para lavarlos.

Su abuela cuenta que su hija hace todos los esfuerzos por Franyelis y Franyoalis, pero la vida es más difícil con el problema del agua. «Las limpiamos y nos angustia que nos quedemos cortos sin agua», señ;ala y muestra que solamente cuentan con una silla de ruedas, que generalmente es para salir a la calle. Antes cada una contaba con su silla, pero se les dañ;aron los cauchos y por el peso de las niñ;as. También necesitan esa ayuda para evitar tanto contacto con el piso y facilitar su movilidad.

«¡;Uno trata de no pensar en tantas cosas!», comenta en susurros, porque asegura una hornilla eléctrica en la sala, a la cual recurre para la preparación de alimentos cuando la espera del gas es indefinida. Una opción lenta y dependiendo de la frecuencia de cortes de electricidad.

Pedro Pérez, también se queja de la insuficiencia del agua, cuando ni siquiera cuentan con varios tanques, les cuesta cubrir el consumo doméstico y deben ingeniárselas para limpiar la casa, lavar la ropa y el aseo personal.

«Llega es un chorrito mínimo, sin fuerzas», señ;ala Carmen Jiménez en su residencia que alberga a dos familias, donde muchas veces se les acumula la ropa sucia porque les toca lavar de a poquito. También se quejan que en algunas oportunidades les ha llegado con mal olor y les da miedo bañ;arse. Toman la previsión de consumir sólo el agua filtrada, sin tanto riesgo de contraer alguna bacteria o afección.

Milagros Pérez se queja de los focos de contaminación que albergan en casa, porque tienen aproximadamente un añ;o sin el servicio de recolección de desechos sólidos. Compran las bolsas negras grandes y varias veces les toca mantenerlas en el patio de la casa porque solamente pasa un señ;or con su carretilla y pidiendo una «colaboración» a cambio de ese servicio.

Pero lo más grave, denuncian que la basura es lanzada en un lugar cercano a este sector y cuando se generan incendios terminan respirando ese humo y sufriendo de alergias o infecciones respiratorias.

Piden la regularidad del suministro de agua y se retome el servicio de aseo urbano.

 

Noticias relacionadas

No te pierdas

Unión Europea premia a jóvenes cineastas venezolanos

La Unión Europea premió el talento de jóvenes cineastas venezolanos a través de un concurso de cortometrajes denominado “cortoscopio”. La ceremonia de clausura se llevó a cabo el sábado 2 de noviembre en un reconocido cine de Caracas.

Redes sociales