Daniela Valladares | LA PRENSA.- La preocupación está presente. 90 casos de infantes con distintas lesiones en las manos se han presentado en los últimos tres meses en el Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, a causa de la manipulación sin vigilancia de un adulto de molinos caseros de maíz, café y máquinas de podar con hojillas.
Así lo informó Jorge Gaiti, director del centro asistencial, quien comentó que cada día se presenta un caso nuevo de algún niño lastimado, que en ocasiones requiere reconstrucción de dedos o amputación total de la mano.
Debido a la escasez de harina, muchas familias compran las mazorcas de maíz para pilarlo y luego cocinar el grano hasta convertirlo en masa, ya sea para consumo personal o una forma de rebusque.
Por eso los molinos caseros se están volviendo populares en las casas, algunos incluso conectan los aparatos a motores de lavadoras para mayor fuerza y cuando el niño, en su inocencia y curiosidad, mete la mano, queda destruida.
“Es lamentable ver estos casos, apenas están empezando a vivir y ya tienen que adaptarse a la pérdida de alguno de sus dedos o la mano completa”, acotó Gaiti.
Durante agosto se han presentado seis casos graves, los cuales tuvieron que ser intervenidos de emergencia. Incluso esta semana dos menores de edad ingresaron a pabellón para cirugía reconstructiva.
Los niños lastimados tienen entre 7 y 12 años de edad, y su capacidad de medir los peligros es limitada por eso es sumamente importante la prevención y supervisión de los adultos en todo momento.
De igual forma, Gaiti manifestó que se presentan casos de quemaduras porque los niños asumen la responsabilidad de cocinar lo cual es sumamente peligroso e irresponsable, pues pueden presentarse accidentes con el fogón o agua hirviendo.