Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- A las limitaciones por el bajo poder de compra que afecta a empresas y comercios en Lara, se le suma la dificultad por la pérdida de mano de obra calificada, pues empleados se han visto forzados a dejar sus puestos de trabajo en busca de mejores oportunidades en otros países que les permita ayudar a sus familiares a hacer frente a la crisis económica en Venezuela.
Ante esta situación, empresarios se han visto obligados a poner en marcha planes de contingencia para lograr retener al personal con experiencia, también les ha tocado apostar a la pasantía pagada e implementar ciertos beneficios que enamoren al trabajador.
Todo se encierra en el escenario con empleados que se sienten cercados sin tantas oportunidades y frente al avance de la inflación que ni siquiera mide los dañ;os de la contracción sufrida por la falta de inversión, caída de las ventas, voracidad fiscal y demás factores externos que comprometen el ajuste de precio final al producto.
Este desafío lo atraviesan empresarios desde el añ;o 2015, momento en que comenzaron a sentirse más las limitaciones y que trascendían más allá de la escasez de determinados productos. Representantes de las cámaras empresariales, coinciden en las mayores complicaciones ante la pandemia por covid-19. Un ambiente que ha dejado más desgastes entre la clase trabajadora, necesitando otro ingreso económico o forzado a abandonar el país por buscar calidad de vida en naciones vecinas.
«Es un gran esfuerzo y estamos abiertos a colaborar porque creemos en lograr soluciones para el país», señ;ala Pablo Chirinos, titular de Fedecámaras Lara, ante el descenso en plantillas por la contracción económica que ha dejado la crisis y migración. Una consecuencia que siguen arrastrando por la pérdida de capacidad de compra por el salario oficial.
Explica que trasciende del bajón en nómina por reducción de personal, porque el mayor peso ha sido el abandono del puesto de trabajo. Son ofertas que generalmente llevan a la desesperación por la necesidad de contar con otra entrada para la familia y de allí estudian la disposición en horarios, así como las alternativas que permitan aportar desde casa.
«No salimos de ellos a menos que sea una decisión personal e irreversible», resalta y advierte de los riesgos en la disminución de la calidad o productividad al prescindir de la mano de obra calificada. La empresa prefiere no arriesgarse a ese tipo de gasto operativo.
Simón Salas, miembro de la Cámara de Comercio de Lara, menciona que una de las opciones para adaptarse a esa especie de plan de contingencia es a partir de los nichos de universitarios. Apostar a las pasantías pagadas, entendiendo la necesidad de tiempo para estudiar y a la capacitación en primer empleo. Entienden la importancia de trabajar desde la experiencia de personal joven, con disposición de aportar a la productividad del establecimiento.
También resalta varias maneras para retener que pueden empezar por el pago metálico o mixto, una combinación entre bolívares y divisas. También consideran esa discusión de tiempo, la cual es relativa al trabajador con familia, que exige flexibilidad para conseguir otro tipo de ingreso o para compartir actividades con sus hijos. Suelen ser situaciones tan relativas y que de acuerdo a las posibilidades de cada empresa, suelen apoyar con seguros médicos por ser una de las principales necesidades en la población. Empresarios dicen que se han ajustado al ritmo de las necesidades, conociendo el diagnóstico del personal y comprendiendo las limitaciones que puedan comprometer el talento del recurso humano.
El costo puede ser más alto
En esa disposición abierta por conservar al talento humano, Simón Salas, de la Cámara de Comercio, recuerda que como gremio se encuentran en conversaciones con universidades en esa apuesta a la formación.
Explica que de allí la intención es que las casas de estudios puedan ofrecer diplomados acordes al sector comercio y desde una propuesta regionalizada, en función de las exigencias de cada entidad. Una vitrina que dice puede trasladarse a las sedes de la cámara con programas en función de las necesidades de los afiliados.
Cuando se refiere al costo, empieza por mencionar que durante la pandemia se tuvo el vacío del personal sanitario y que le seguían técnicos o especialistas que empezaron por abandonar las instituciones del sector público. Pérdidas que dejan más gastos en adiestramiento.