Ágatha Reyes | LA PRENSA.- Malabares por el aceite. Quienes venden empanadas sufren a la hora de comprar aceite, porque el producto se ha vuelto inalcanzable; lo utilizan entre dos y tres días seguidos para poder abaratar costos.
Para los comerciantes un litro no es suficiente por lo que deben comprar el balde 18 litros que supera los 6 millones de bolívares. “Estamos trabajando a pérdida y haciendo maromas”, dijo José Martínez, dueño de un puesto de empanadas en el centro de la ciudad, quien explica que un litro y medio lo puede utilizar hasta dos días siempre y cuando no haga espuma “ya después no hay más remedio que desechar
lo”, precisó.
Explica que así como en los circos, tienen que hacer malabares, para rendirlo y reutilizarlo hasta más no poder, pues el alto costo supera las entradas diarias de dinero.
El caso se repite en la mayoría de los puntos de venta pues la inflación y el “bachaquerismo” que denuncian en las calles, acaba con el bolsillo de quienes trabajan con la venta de comida y hasta del mismo ciudadano de a pie, pues un litro de aceite puede llegar a costar 800 mil bolívares, es decir, que requieren al menos dos sueldos y medios para la compra de un solo producto.
Julia Lozano, quien también tiene un puesto de empanadas refiere que la crisis ha tocado las puertas de la mayoría de los puestos de comida,
pues a pesar del precio “solidario” que tienen las empanadas, las ventas bajan, mientras el costo de la materia prima sube.
En su caso utiliza un litro y medio diario y si lo traduce a bolívares tendría que invertir casi dos millones al día, “así no resulta el negocio, por eso nos toca recurrir a medidas extremas”, contó con preocupación.
Y es que el negocio de comida cada vez se vuelve más caótico ante la falta de productos básicos, la escasez y el aumento de los llamados “bachaqueros” que hacen de las suyas con los precios de venta.