Jordán/Marchán | LA PRENSA de Lara.- Los bajos salarios y las malas condiciones a nivel de infraestructura no frenan a los docentes de Lara que siguen en las aulas para cumplir con la tarea de educar y brindar las herramientas necesarias a los escolares para ayudarlos a forjar un mejor futuro.
Teoddimar Camacho, se levanta todos los días bien temprano para llegar a la escuela José Trinidad Morán, al oeste de la ciudad, su entrada es a las 7: 30 de la mañana, y para poder llegar a la hora gasta 3 mil bolívares en pasajes, similar monto que debe pagar para regresar a su casa al terminar su jornada. Su salario diario es de 4 mil bolívares. Muchas veces debe pensar si camina el largo trayecto para regresar a su casa o ver si alguien le da la cola a un lugar cercano, porque los números de su quincena no le alcanzan ni para costear su traslado, menos para mantenerse.
Camacho, es uno de los miles ejemplos de docentes en Lara que con su salario no puede sobrevivir, porque a pesar de la preparación académica no se puede dar el lujo de comprar ni tres productos de la cesta alimentaria y muchos menos el gusto de comer lo que quiere.
está la mayoría de los docentes en Lara. Lo que ganan no les alcanza ni siquiera para comprar dos productos de la canasta básica, pues hasta comer bien se volvió un lujo, que pocos docentes se pueden dar.
Dulce Meléndez, miembro del Sindicato de Educadores del Estado Lara (Sutelara) expresa que hasta quiénes venden pan ganan más que un maestro, porque solo con vender un pan canilla que está en 15 mil bolívares casi cuadriplican lo que gana un maestro al día «con esto quiero decir que ni un canilla podemos comprar, para nosotros esto es un lujo» dijo, aseverando que el docente que sigue guerreando a pesar que los bajos sueldos solo tienen un compromiso y ganas de seguir trabajando
Otras épocas
Los tiempos de la bonanza para los docentes larenses quedaron sólo en el recuerdo. Casas bonitas, carros nuevos y hasta viajes dentro y fuera del país, significaron el orgullo de ser maestros de aula en Venezuela durante la IV República.
Esos son los testimonios que reseñan aquellos educadores con más de 25 años de servicio y a punto de jubilarse.
Las calamidades del profesor son desvalorizadas por el Gobierno Nacional y el Ministerio de Educación, eso con respecto a sus sueldos y para el colmo el Instituto de Previsión y Asistencia Social para el Personal del Ministerio de Educación (Ipasme) dejó de ser la institución que le daba créditos y aflojaba los reales por montón para desde un televisor, hasta un apartamento y un carro.
En vacaciones y en navidades hasta tres sueldos recibían los educadores, pero en la V con el salario base para todos los funcionarios públicos, la seguridad social se le fue en un soplo.
En los actuales momentos, según la docente Virginia Leal, los bancos oficiales por no tener dinero en sus arcas no ofrecen facilidades para obtener un préstamo y en la banca comercial privada no pueden correr el riesgo, para al menos comprar un vehículo.
En tiendas de vestidos y calzados era otro privilegio que gozaban los maestros, porque con presentar el bauche del pago o el talón de la chequera los trámites del fiado se hacía con prontitud. Hoy ni las cuotas de los árabes son tramitadas por los bajos salarios que devengan, dijo.