Ana Uzcategui | LA PRENSA de Lara.- Las colas para reclamos en la oficina administrativa de Gas Lara, ubicada en la carrera 19 entre calles 30 y 31, son kilométricas. A diario las personas acuden a denunciar que a pesar de haber cancelado el cilindro de gas los primeros días de agosto, cuando la gobernación tomó el control de la empresa, el despacho aún no les llega. Las quejas se multiplican en los usuarios que requieren bombonas de 18, de 27 y de 43 kilogramos, porque ningún funcionario les aclara el motivo de la demora, ni ofrecen una fecha para la posible solución.
«¿Es que acaso los pobres que tenemos bombonas de 18 o 43 kilos no tenemos derecho a recibir el servicio?», expresó Deisy Álvarez, habitante del sector Colinas de San Lorenzo, luego de tener más de dos horas en espera para ser atendida.
Dolly Guzmán, una señora de la tercera edad, afirmó que desde hace 30 días tiene que sufrir el calvario de cocinar con leña. «Me duelen los pulmones, desde el 2 de agosto estoy esperando la bombona de 18 kilos que cancelé por 12 mil bolívares, pero sigo sin respuesta a pesar de haber venido seis veces a reclamar». Habita en Las Cuibas, de Agua Viva, municipio Palavecino, y afirmó que la zona está sin gas desde abril.
«Fue peor el remedio que la enfermedad», soltó Rafael Rodríguez, un abuelo que habita en la carrera 15 con 45, cuando se le preguntó cómo catalogaba la gestión de la gobernadora Carmen Meléndez en materia de gas doméstico. A su criterio, la mandataria ha basado su gobierno en sólo promesas que en nada han mejorado la calidad de vida de los ciudadanos.
Según el Observatorio de Conflictividad Social de Venezuela, en el segundo semestre del año se han registrado 485 protestas en el país por las fallas en los servicios públicos, siendo el gas uno de los más demandados en estados como Lara.