viernes, 22 noviembre 2024
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Desolación y pena en campos de Lara

Ana Uzcategui | LA PRENSA de Lara.-& ;Los municipios agrícolas de Lara, como Jiménez y Andrés Eloy Blanco viven su peor momento en la historia, la crisis económica y las equivocadas políticas gubernamentales han hecho que los productores del campo estén en peligro de extinción.

Si en zonas como el Valle de Quibor, tierras reconocidas a nivel nacional, hace 10 años se cosechaba el 60% de la cebolla que se consumía en Venezuela, y eso representaba ocho millones de kilos mensuales, en la actualidad la producción no llega ni al millón según informó el exdirectivo de la Asociación de Productores de Cebolla de Jiménez, Pedro Pérez.

«Anteriormente éramos 150 familias productoras de cebolla, hoy quedamos menos de 10 activas, el principal problema es la falta de insumos como semillas, abonos y fertilizantes que no se consiguen en el país», contó.

Recordó que la tragedia en la agricultura comenzó en el 2010, cuando Agroisleña fue expropiada por el expresidente Hugo Chávez, desde allí los insumos y maquinarias se dejaron de conseguir.

«Ahora es más barato importarlos desde Colombia que comprarlo bachaqueados en Venezuela», aseguró Pérez. Por su parte, Argenis Manzi agricultor del kilómetro 18 vía Quibor, sostiene que el principal problema, ha sido lo costoso de las inversiones que se deben hacer para lograr una cosecha.

«Producir una hectárea en Lara, es más caro que producir 100 en el estado Zulia, y esto se debe a la falta de agua. Hay que hacer inversiones millonarias para lograr un sistema de riego por goteo, debido a que el gobierno nunca se ha preocupado por culminar la represa Yacambú Quibor», expresó.

Comentó que los pocos productores que se mantienen activos para no perder la inversión hecha en su tierra, hacen de tripas corazón para viajar a Cúcuta y traer insumos& ;.

«Cada lata de semilla de cebolla de 450 gramos cuesta 120 dólares, y para sembrar una hectárea se requiere ocho latas, además de insecticidas, que el litro cuesta 50 dólares, fungicidas y fertilizantes que tienen precios similares», informó Manzi.

Si en Quibor se cuentan los productores activos, en Sanare hay menos. El municipio Andrés Eloy Blanco producía el 40% de la papa que se consumía en el país, y hace 25 años llegó a ser líder en este rubro superando al estado Mérida.

En la actualidad son menos de siete productores los que se mantienen cosechando y juntos no concentran ni el 2% de la producción de antes.

«Hubo una época en que se llegó a producir un millón de quintales de papa al año, que equivalen a 50 millones de kilos, actualmente no se producen ni 20 mil quintales anualmente», informó Félix Saavedra, presidente de la Asociación de Productores y Trabajadores del Campo de Andrés Eloy Blanco.

«Es terrible lo que estamos viviendo, a mi me da pena, pero tuve que abandonar mis tierras que habían sido trabajadas por tres generaciones, al no tener recursos para seguir comprando semillas e implemento agrícolas. Tuve que pedir trabajo en la alcaldía de vigilante para no morirme de hambre», expresó entre lamentos Juan Pérez, su historia define cómo está Sanare, en cuyas tierras, por primera vez en el año no se inició el ciclo de siembra de verano.

 

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