Lorena Rojas | LA PRENSA de Lara.-& ;Cada fin de semana abrían sin falta los negocios de comida chatarra en la ciudad, ofreciendo hamburguesas, perros calientes, pepitos y pizzas pero ahora la realidad es completamente diferente, pues lucen solos, llenos de polvo y los dueños se encuentran llenos de incertidumbre de cuando podrán volver abrir al público.
En las principales calles del hambre de la ciudad vendedores se tuvieron que reinventar para paliar la crisis en medio de la pandemia y percibir ingresos. «Monté esta bodega después que me dijeron que no podía volver a abrir«, aseguró Nohely Patiño quien tiene 4 negocios de comida chatarra frente al Centro Comercial Metrópolis, desde hace 9 años.
«Noe Burger» es el nombre de sus trailer, comenta que desde que inició la cuarentena en el país se las tuvo que ingeniar, «las ventas de la comida han bajada muchísimo, ahora tengo que ofrecer combos para que la gente pueda comprar», dice Patiño, quién también comentó que antes tenía 8 trabajadores pero por el poco transporte publico en la ciudad no han podido ir a laborar.
Otro de los negocios emblemáticos en la ciudad es «Papi Pollo«. Su dueña Zoila Mogollón, asegura que se ha visto muy afectada, ya que las primeras dos semanas no había podido abrir y además su clientela era nocturna ya que antes trabajaba hasta las 12:00 a.m.
Esta situación se repite en la calle del hambre de la 15, los negocios que están abriendo son los de las ventas de CD y algunas frutas.
Mack Drill o mejor conocido «La Botella» también era muy transitado, casi que a diario se podría disfrutar de un pollo a la canasta o un pepito con queso gratinado.
Así mismo los 31 trailer que se encuentran en el estacionamiento del Complejo Ferial Bicentenario y algunos de los negocios en Paseo Gastronómico La Terraza no volvieron a abrir, por lo que muchas personas se han quedado sin trabajo.
Delivery con pocas ventas
Los dueños de los negocios que han tenido la posibilidad de ofrecerles a sus clientes la entrega en casa o delivery, aseguran que han bajado las ventas a comparación de como era antes.
«Si ofrezco delivery pero la gente se cohibe de comprar porque ahora el poco dinero que tienen lo usan para comprar alimentos crudos», dijo Nohely Patiño.
Los deliverys no son una opción para todos los negocios, ya que los mismos tienen que hacerle una recarga al costo, dependiendo la zona en la que se encuentre la persona, pues de ahí sacan el dinero para comprar la gasolina y poder repartir la comida.
«No todas las personas tienen la posibilidad de cancelar la comida y el delivery», afirmó Lucho Rodríguez.
Con bodega pero igual ofrecen comida& ;
Por no tener otro tipo de ingresos los vendedores han tenido ingeniárselas para poder sobrevivir.
Una de las opciones que han tomado para tener dinero es montar otro tipo de negocios, Nohely Patiño frente a Metrópolis aseguró que ahora se las arregla con lo que vende en la bodega, pues al delivery no le llegan muchos pedidos, aunque comenta tener precios asequibles para los clientes.
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