Leonellas Díaz | LA PRENSA.- Sentir el olor de una empanada o ver una arepa rellena en estos tiempos de crisis se ha convertido en algo muy tentador; pero precisamente es eso, solo tentación porque comprar un desayuno puede llegar a costar hasta cinco mil bolívares lo que equivale a cuatro días de trabajo ganando sueldo mínimo.
En un recorrido por diferentes lugares donde venden desayunos se constató que los precios están por las nubes. Una empanada de un relleno puede costar hasta mil 300 bolívares, mientras que si el cliente la prefiere de pabellón cuesta 2500 bolívares. Bebidas como el jugo natural sale en 800 bolívares y el de envase está en 1000 bolívares.
A los clientes que les gusta comprar arepas o tostadas lo piensan dos veces, debido a que están entre 1800 y 3 mil bolívares y el relleno varía porque hay sitios que dan uno como hay otros que acceden a dos.
“Todo está caro. Anteriormente con mil bolos desayunaba dos empanadas y jugos ahora es imposible y sale más costoso cuando toca brindar”, se quejaba Ibrahim Salas, mientras mordía una empanada que compró con la plata que le alcanzó.
Los dueños de empanaderas y areperas confiesan que han perdido clientes por los precios, pero fundamentan que el costo de sus productos son calculados por el valor de los insumos que consiguen bachaqueados.
“Todo lo compro bachaqueado, los clientes se quejan de los precios y no entienden que todo está por las nubes, ya estoy que cierro el negocio, porque la base no da para sobrevivir”, expresó la vendedora Sobeida Rangel, desanimada por la crisis que está viviendo. La mujer agregó que teme por su negocio pues puede quebrar.
“Y he dejado de regalar suero, picante y salsas para llevar porque la mayonesa está en 7 mil bolos bachaqueada, realmente no alcanza. No sé a dónde vamos a parar” cerró preocupada.