Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- «¡Doctora, doctora mi bebé no puede respirar!», suplicaba Elizabeth Pérez, mientras veía a su bebé de 3 meses de nacido, que se retorcía en la cuna, era tanto el esfuerzo que se le hundía el abdomen y se le remarcaban las costillas. Ella pedía la aspiración, pero solo le respondían: «¡No tengo personal. No hay enfermera. Estoy cumpliendo el tratamiento de todos!». Denuncia que su hijo murió este sábado 8 de mayo, por falta de atención a tiempo y justo cuando ella llegaba con las sondas de aspiración número 8.
Pérez recuerda que su único hijo fue ingresado el pasado martes al pediátrico por complicaciones de anemia severa. Nació prematuro y luego de dos pérdidas anteriores, por la dificultad para concebir de esta señora de 31 años. Lo mantenía en control en privado en Quíbor, donde reside y al estar tan descompensado con dificultad para respirar, se lo refieren a este centro asistencial.
Al estar recluido en el pediátrico, le suministran oxígeno, requería concentrado globular y le mandan a hacer una placa de tórax. «Una doctora de emergencia sin ver la placa- lo remite al área Covid, pero luego confirman que no era neumonía y la urgencia era estabilizar la hemoglobina«, dice llorando.
Niega que su bebé padecía por una bacteria en el cerebro y recalca que la autopsia no revela edema cerebral, ni neumonía, lo cual se verifica en los resultados de la placa y tomografía. Denunció ante el Cicpc y llevará el caso ante la fiscalía.