María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- La escasez de combustible pasa factura a los cisterneros y esto a su vez a los vecinos de Iribarren, pues los choferes se han visto obligados a disminuir de tres a uno la cantidad de viajes que realizan a diario, pues surtir el camión de combustible es cada vez más difícil; por una parte las largas colas para gasolina subsidiada y por otra el golpe en el bolsillo para comprar el combustible dolarizado.
En el llenadero Jacinto Lara, vía Quíbor, según una fuente de manera extraoficial, aseguró que los cisterneros tienen permitido equipar el carro 3 veces y uno de los viajes es en calidad de donación, bien sea para un centro de salud, alguna comunidad vulnerable o cualquier otra institución; sin embargo, a veces sólo hacen un solo viaje para ellos porque la gasolina no les da para realizar los tres en un día.
«Aquí se reciben 40 cisternas al día aproximadamente, pero no todos hacen los tres llenados por el tema del combustible», dijo una fuente a LA PRENSA.
De acuerdo a información de los choferes, un tanque de gasolina de un cisterna se puede ocupar desde 60 litros hasta 120 litros, pues su capacidad puede variar. Carlos Gil dijo que a veces pierden toda una mañana en una estación subsidiada cuando les dan prioridad, mientras que en una dolarizada se tienen que desembolsillar desde 30 dólares en adelante y con eso sólo pueden trabajar entre uno o dos días como máximo si los recorridos son cortos.
Los choferes aseguran que en ocasiones no trabajan todos los días a la semana porque esos carros consumen mucho combustible y no siempre tienen la oportunidad de poder equipar. Hay algunos que optaron por instalar el sistema de gas natural para vehículos, pero las colas que a veces se forman no les da para trabajar todos los días.
«A veces agarramos un día para equipar, bien sea de gas o de gasolina y el día siguiente para trabajar», dijo Gil. Añadió que ellos prefieren dejar todo el cisterna en una sola comunidad, pero no todas las personas tienen el mismo poder adquisitivo para comprarlo. Hay otros que sólo trabajan en lugares donde les compran toda la cisterna de agua y así evitan dar vueltas.